¿Cómo pueden ayudarme los Kinesiólogos en invierno?

Las enfermedades respiratorias durante el invierno se convierten en verdaderas protagonistas en esta parte del año afectando principalmente a los niños y adultos, lo que se puede prevenir con medidas básicas como lo son: lavarse frecuentemente las manos, utilizar pañuelos desechables, al estornudar cubrirse la nariz y boca con el antebrazo y ventilar diariamente los hogares. Otra forma de prevenir, es la vacunación contra la influenza, que si bien no impide que nos enfermemos, disminuye los efectos y las secuelas producidas por la infección.

Es importante conocer los signos de gravedad como son fiebre, tos con o sin expectoración, decaimiento, dolor corporal generalizado, dificultad para respirar o tragar, sensación de ahogo, disminución del apetito. Al ser un virus el causante de estos síntomas, la duración de ellos no suele pasar de los 7 días. Estos síntomas pueden mantenerse o aumentar si es que la infección es producida por bacterias, las que además de lo anterior, generan muchas veces secreciones de color amarilla o verde.

Ante estos síntomas es fundamental dirigirse al centro de salud más cercano donde, luego de ser visto por el médico, según la complejidad de su cuadro, podrá ser derivado a la sala de Infecciones Respiratorias Aguadas (IRA) en el caso de los niños, o a la sala de Enfermedades Respiratorias del Adulto (ERA), donde el Kinesiólogo le realizará ejercicios respiratorios para disminuir la cantidad de secreciones y así pueda respirar sin dificultad.

Además es este profesional quien le enseñará cómo utilizar sus medicamentos e inhaladores, los que le ayudarán a sentirse mejor y a recuperarse más rápido. Es importante tener en cuenta que no siempre el hecho de estar más abrigado es mejor, ya que muchas veces el sudor generado queda en el cuerpo, que es lo que nos predispone a resfriarnos.

Debe abrigarse lo suficiente según se encuentre dentro o fuera del hogar, lo importante es evitar los cambios bruscos de temperatura. Especial cuidado deben tener siempre las personas de edades extremas, como son los niños y los adultos mayores, debido a que en ambos casos se presentan dificultades en la eliminación de las secreciones, unos por inmadurez del desarrollo y los otros por alteraciones producto de la vejez. Esto es lo que hace que se mantengan los cuadros respiratorios en el tiempo y generen mayor compromiso en la vida de estas personas, ya que requerirá de la utilización de antibióticos y otros medicamentos.

Además se pueden producir otras secuelas a nivel pulmonar que pueden ser transitorias o de por vida. Recuerde, siempre “prevenir es mejor que lamentar”.

Gonzalo Reyes Jara, Kinesiólogo
Universidad San Sebastián.
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