El fin si justifica los medios

El martes 28 de abril de 2015, quedó catalogado para algunos, como el día en que se realizó una de las cadenas nacionales más potente desde la vuelta a la democracia. Esto, porque la Presidenta de la república hizo una serie de atractivos anuncios, que pueden marcar el camino de Chile en el corto, mediano y largo plazo.

No puedo dejar de mencionar la consolidación del informe para la transparencia, un importante avance en el desarrollo de la institucionalidad de nuestro país, en especial con la existencia de un registro de lobistas.

Pero el punto más fuerte, es la mención de un proceso constituyente para nuestro país. Un proyecto democrático que por fin viene a abrir una luz de esperanza para realizar los cambios, políticos, económicos y en consecuencia sociales, demandados claramente por la gran mayoría de los ciudadanos.

Cabe destacar, que esta iniciativa busca transformar la estructura institucional, es decir, la política pública y no cambiar por ejemplo, estructuras jurídicas, como el código penal.

Ya conocido esto, corresponde reflexionar sobre Cuál es el modelo institucional que queremos. Un Estado de naturaleza performativo, que premie la responsabilidad y el historial individual. Un Estado de total bienestar basado en la revolución desde las clases sociales de base, o un Estado redistributivo y de bienestar, que beneficie la iniciativa individual pero que a la vez tenga un fuerte control sobre el mundo privado, modelo implementado en naciones social demócratas, como Noruega (país más democrático del mundo, según The Economist Intelligence Unit) Holanda o Bélgica que a nivel mundial han alcanzado los estándares de desarrollo más significativos en la últimas décadas. O simplemente, basarnos en una forma de modelo “constructivista”, así como lo señalaba el ex candidato presidencial Marcel Claude en su campaña, que afirmaba que los países Latinoamericanos no necesitan de estructuras ya probadas.

¿Por qué nombro estos modelos, identificados con sectores de izquierda o con enfoques de naturaleza social? Simple, porque tenemos un modelo político económico, que representa lo más puro de la extrema derecha y hoy cualquier cambio, significará una “izquierdizaciòn” de la institucionalidad.

Para bien o para mal (depende de su subjetividad), los cambios no hay que apurarlos y no podemos exigir educación y salud gratuita, pública y de calidad, empleos con real protección social o rápidos accesos a la vivienda para la semana que viene, porque las transformaciones políticas que Chile vivirá van de la mano con superación de traumas y un desarrollo socio-cultural que podría mostrar cambios de aquí a un par de décadas. Tenemos que relucir las iniciativas que hoy empiezan a cambiar el rumbo de la historia de nuestro país, que las decisiones y acciones sustentables, como la que pretende iniciarse en septiembre pueda servir para que las generaciones venideras vivan en un país con un grado más alto de confianza intersubjetiva y por ende de desarrollo, factores que el modelo de economía social de mercado en la práctica no garantiza.

Claudio Vargas Mancilla
Licenciado en Trabajo Social - Universidad de Los Lagos


Fuente: Christian Peschke Vejar - christian.peschke474@gmail.com
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