Historia de emprendedora local: “¡Todo lo hago con emoción!”

Como una persona humilde, sociable y acogedora, se define Marisol. Ella es una emprendedora del sur del país que, pese a los problemas, supo salir adelante.

“¡Osorno me encanta! Es la ciudad precisa y exacta para mí, es tranquila”, comenta Marisol Vidal. Toda su vida la ha pasado en este austral rincón de país, aquí también desarrolló su emprendimiento. Por 17 años trabajó en una imprenta, pero la poca empatía que recibió por parte de su jefatura durante su pre y post natal, la llevó a renunciar y buscar nuevos horizontes, pero de manera independiente.

Durante dos años, estuvo trabajando desde su casa de manera artesanal, hace tres, tiene el local “Micvy”. “El nombre es por las iniciales de mis hijas y mío. Lo inventé porque me da buena vibra, tenía que ponerle sentimiento ¡Todo lo hago con emoción!”, manifiesta.

Los inicios de su negocio fueron precarios, con una imprenta y un computador comenzó a vender tarjetas de presentación. Al principio, ganaba cuatro mil pesos al día, pero eso me servía para comprarle la leche a mi bebé. Migaja a migaja la fui juntando. Era como una escalera, cada vez se subía un peldaño”, cuenta.

Pese a los tragos amargos que pasó, los tomó como un aprendizaje que la llevaron a concretar su sueño. “Agradezco todo el sacrificio que tuve que pasar, ya que se tiene que vivir. Ahora, me va mucho mejor de lo que pensaba, todo fue fluyendo. ¡Valió la pena y vamos por más!”, señala.

Durante el 2009, una amiga la invitó a integrarse a Fondo Esperanza (FE), pero no quiso porque le dificultaba asistir a las reuniones. Con el tiempo decidió probar, pero tuvo que formar el Banco Comunal (BC) “Armonía”. “Tuve que buscar 13 personas más, pero no fue problema. Si bien pasamos momentos difíciles, ahora estamos unidos. Nos fortalecimos como grupo”, dice. A lo que agrega: “Quise entrar porque me servía el capital y la gente, ya que podía relacionarme con el entorno y aprender de ellos”. Su BC se transformó en una familia en que la solidaridad y fraternidad, son el elemento clave para todos aquellos que quieren ingresar.

Este año, Marisol se convirtió en emprendedora destacada de Fondo Esperanza, comunidad de emprendimiento solidario más grande de Chile, ya que es parte del patrimonio vivo de la institución social y un ejemplo de trabajo y esfuerzo que busca ser adoptado por todas las personas que decidan potenciar su negocio independiente.

“A la institución hay que tomarla en serio, ponerse la camiseta porque vaya que nos sirve el dinero que nos facilitan. Es una esperanza, es como un abrazo fraternal porque no es mecánico, es humano. Fondo Esperanza es un apoyo necesario”, afirma Marisol.

Sus objetivos laborales se han ido cumpliendo poco a poco, por ejemplo, ser reconocida como microempresaria. “Me siento orgullosa cuando vienen clientes que me dicen que llegaron porque les hablaron que mi trabajo era bueno”, indica. Ahora, lo que quiere, es darle trabajo a más personas y con ello, reafirmar que los anhelos -con esfuerzo y perseverancia-, sí se pueden lograr. “Las mujeres chilenas tenemos garras y somos emprendedoras”, finaliza.

Fondo Esperanza

FE es una institución de desarrollo social con 13 años de trayectoria que tiene como objetivo apoyar el sueño de mujeres y hombres emprendedores de sectores vulnerables, mediante servicios microfinancieros, capacitación y redes de apoyo. Cuenta con 53 oficinas que cubren alrededor de 240 comunas en todo el país.

Para más información ingresar a www.fondoesperanza.cl

Fuente: ttobar@fondoesperanza.cl
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