El rol del psicólogo en la sociedad Chilena
Ps. Nicole Chaigneau V.
Docente carrera de Psicología
La psicología es una disciplina que diagnostica, diseña e interviene en distintos ámbitos del quehacer humano, a nivel individual, grupal, familiar y organizacional. Analiza, comprende o atiende la conducta y los procesos mentales de las personas, lo que implica un conocimiento amplio de teorías, además de criterio para accionar y claridad respecto a las múltiples variables implicadas en cada proceso. Este hecho implica no sólo la adquisición de conocimientos sino una formación íntegra que incluya aspectos éticos, a través del desarrollo de habilidades procedimentales y actitudinales que le permitan ejercer profesionalmente.
Ser psicólogo/a implica una gran responsabilidad, al trabajar con la salud mental de las personas, tanto en aspectos sanos como en los más alterados o enfermos. Implica encontrarse en condiciones de apoyar a otros en su desarrollo, potenciando sus recursos y aliviando las tensiones, obstáculos o preocupaciones, que bloquean su progreso como personas o como grupos sociales. Esto implica el desafío de una gran flexibilidad, además de otras condiciones, para intervenir diferenciadamente de acuerdo a la demanda específica que se realice, en su área de especialidad.
La formación del/la psicólogo/a debiera atender a tales condiciones, de manera de fomentar el aprendizaje de nuevas teorías y su anclaje con las ya existentes, además de técnicas que permitan tanto el análisis de la información disponible como las estrategias de intervención de los sistemas involucrados. Sin embargo, lo que va a marcar mejor su inserción como futuro profesional será el desarrollo de habilidades blandas que le permitan comunicarse adecuadamente y adaptarse a las distintas realidades, manteniendo el equilibrio y la templanza en su actuar, el que se vuelve más exigente en situaciones críticas.
Esta formación debiera ser muy poderosa en pregrado, pero sin duda, debe mantenerse a lo largo del tiempo, a través de la adquisición de herramientas que favorezcan la entrega de un servicio comprometido y responsable, que constantemente filtre lo que no contribuye ni a la intervención, ni a las personas involucradas en estos procesos. Este hecho implica una actitud activa de búsqueda de bienestar personal y social, compromiso con la propia salud mental y especialmente, consciencia respecto a los propios obstáculos que podrían alejarse de dichos objetivos.
Fuente: Cecilia.Fernandez@uss.cl
Docente carrera de Psicología
La psicología es una disciplina que diagnostica, diseña e interviene en distintos ámbitos del quehacer humano, a nivel individual, grupal, familiar y organizacional. Analiza, comprende o atiende la conducta y los procesos mentales de las personas, lo que implica un conocimiento amplio de teorías, además de criterio para accionar y claridad respecto a las múltiples variables implicadas en cada proceso. Este hecho implica no sólo la adquisición de conocimientos sino una formación íntegra que incluya aspectos éticos, a través del desarrollo de habilidades procedimentales y actitudinales que le permitan ejercer profesionalmente.
Ser psicólogo/a implica una gran responsabilidad, al trabajar con la salud mental de las personas, tanto en aspectos sanos como en los más alterados o enfermos. Implica encontrarse en condiciones de apoyar a otros en su desarrollo, potenciando sus recursos y aliviando las tensiones, obstáculos o preocupaciones, que bloquean su progreso como personas o como grupos sociales. Esto implica el desafío de una gran flexibilidad, además de otras condiciones, para intervenir diferenciadamente de acuerdo a la demanda específica que se realice, en su área de especialidad.
La formación del/la psicólogo/a debiera atender a tales condiciones, de manera de fomentar el aprendizaje de nuevas teorías y su anclaje con las ya existentes, además de técnicas que permitan tanto el análisis de la información disponible como las estrategias de intervención de los sistemas involucrados. Sin embargo, lo que va a marcar mejor su inserción como futuro profesional será el desarrollo de habilidades blandas que le permitan comunicarse adecuadamente y adaptarse a las distintas realidades, manteniendo el equilibrio y la templanza en su actuar, el que se vuelve más exigente en situaciones críticas.
Esta formación debiera ser muy poderosa en pregrado, pero sin duda, debe mantenerse a lo largo del tiempo, a través de la adquisición de herramientas que favorezcan la entrega de un servicio comprometido y responsable, que constantemente filtre lo que no contribuye ni a la intervención, ni a las personas involucradas en estos procesos. Este hecho implica una actitud activa de búsqueda de bienestar personal y social, compromiso con la propia salud mental y especialmente, consciencia respecto a los propios obstáculos que podrían alejarse de dichos objetivos.
Fuente: Cecilia.Fernandez@uss.cl