Mascotas o hijos: El dilema de las nuevas generaciones
Mascotas y decisiones de vida: Matías Gómez analiza el cambio en las prioridades familiares.
En una entrevista con Rocío Gambra para Paislobo Prensa, Matías Gómez, Ddirector del Laboratorio de Conversación Pública de la Universidad Central, abordó las razones detrás de la creciente tendencia de no tener hijos, explorando cómo factores culturales, económicos y sociales están transformando las prioridades de las personas.
Gómez explicó que su equipo ha analizado las conversaciones públicas en redes sociales para comprender este cambio. Su estudio, parte de la serie Corriente Subterránea, se centra en las razones emergentes para optar por no tener hijos, que van más allá de los argumentos clásicos relacionados con los costos económicos o la autonomía de las mujeres.
“Hoy en día, las personas están redefiniendo lo que significa formar una familia. La idea de la familia tradicional, con padre, madre e hijos, está dando paso a nuevas estructuras donde las mascotas, por ejemplo, ocupan un rol central como soporte emocional y sustituto de los hijos”, indicó Gómez.
El término “perrijos” o “gathijos” ilustra este fenómeno, donde los dueños de mascotas asumen roles de cuidado similares a los de la crianza, pero con menores exigencias económicas y psicológicas.
Uno de los argumentos más relevantes en esta tendencia es el pesimismo respecto al futuro. Gómez destacó que problemas globales como el cambio climático, la escasez hídrica y los conflictos armados generan en muchas personas una sensación de incertidumbre que influye en su decisión.
“Hay un fatalismo generalizado: las personas se preguntan si es responsable traer hijos al mundo cuando enfrentamos una creciente crisis climática, conflictos internacionales y una economía global incierta”, explicó.
Asimismo, el impacto de los altos costos de educación, salud y cuidado infantil en Chile lleva a muchas personas a racionalizar más esta decisión, priorizando su bienestar mental y económico.
Gómez también destacó cómo la igualdad de género ha cambiado la percepción social respecto a las mujeres que deciden no tener hijos. Aunque persisten críticas hacia quienes optan por no formar familias tradicionales, hoy existe una mayor aceptación de estas decisiones, especialmente en redes sociales, donde abundan relatos personales y reflexiones colectivas sobre la experiencia de la maternidad y paternidad.
Sin embargo, este cambio cultural también trae desafíos, como la necesidad de políticas públicas que promuevan una mayor corresponsabilidad parental. “El postnatal de cinco días para los hombres, por ejemplo, es insuficiente y refuerza desigualdades que desincentivan la crianza”, señaló Gómez.
El Drector del Laboratorio de Conversación Pública advirtió sobre las consecuencias económicas y sociales de esta tendencia. La disminución de la natalidad podría llevar a una escasez de mano de obra y complicar la sostenibilidad del sistema de pensiones en el futuro.
Para contrarrestar esto, Gómez sugirió políticas públicas como incentivos económicos más sustanciales para quienes deciden tener hijos, medidas de apoyo como viviendas asequibles y beneficios fiscales, además de leyes que promuevan una mayor igualdad en la crianza.
“Necesitamos garantías económicas, sociales y familiares para que las personas que desean tener hijos se sientan respaldadas. Esto no solo implica beneficios económicos, sino también una reestructuración cultural que fomente la corresponsabilidad parental y respalde nuevas formas de familia”, concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra
En una entrevista con Rocío Gambra para Paislobo Prensa, Matías Gómez, Ddirector del Laboratorio de Conversación Pública de la Universidad Central, abordó las razones detrás de la creciente tendencia de no tener hijos, explorando cómo factores culturales, económicos y sociales están transformando las prioridades de las personas.
Gómez explicó que su equipo ha analizado las conversaciones públicas en redes sociales para comprender este cambio. Su estudio, parte de la serie Corriente Subterránea, se centra en las razones emergentes para optar por no tener hijos, que van más allá de los argumentos clásicos relacionados con los costos económicos o la autonomía de las mujeres.
“Hoy en día, las personas están redefiniendo lo que significa formar una familia. La idea de la familia tradicional, con padre, madre e hijos, está dando paso a nuevas estructuras donde las mascotas, por ejemplo, ocupan un rol central como soporte emocional y sustituto de los hijos”, indicó Gómez.
El término “perrijos” o “gathijos” ilustra este fenómeno, donde los dueños de mascotas asumen roles de cuidado similares a los de la crianza, pero con menores exigencias económicas y psicológicas.
Uno de los argumentos más relevantes en esta tendencia es el pesimismo respecto al futuro. Gómez destacó que problemas globales como el cambio climático, la escasez hídrica y los conflictos armados generan en muchas personas una sensación de incertidumbre que influye en su decisión.
“Hay un fatalismo generalizado: las personas se preguntan si es responsable traer hijos al mundo cuando enfrentamos una creciente crisis climática, conflictos internacionales y una economía global incierta”, explicó.
Asimismo, el impacto de los altos costos de educación, salud y cuidado infantil en Chile lleva a muchas personas a racionalizar más esta decisión, priorizando su bienestar mental y económico.
Gómez también destacó cómo la igualdad de género ha cambiado la percepción social respecto a las mujeres que deciden no tener hijos. Aunque persisten críticas hacia quienes optan por no formar familias tradicionales, hoy existe una mayor aceptación de estas decisiones, especialmente en redes sociales, donde abundan relatos personales y reflexiones colectivas sobre la experiencia de la maternidad y paternidad.
Sin embargo, este cambio cultural también trae desafíos, como la necesidad de políticas públicas que promuevan una mayor corresponsabilidad parental. “El postnatal de cinco días para los hombres, por ejemplo, es insuficiente y refuerza desigualdades que desincentivan la crianza”, señaló Gómez.
El Drector del Laboratorio de Conversación Pública advirtió sobre las consecuencias económicas y sociales de esta tendencia. La disminución de la natalidad podría llevar a una escasez de mano de obra y complicar la sostenibilidad del sistema de pensiones en el futuro.
Para contrarrestar esto, Gómez sugirió políticas públicas como incentivos económicos más sustanciales para quienes deciden tener hijos, medidas de apoyo como viviendas asequibles y beneficios fiscales, además de leyes que promuevan una mayor igualdad en la crianza.
“Necesitamos garantías económicas, sociales y familiares para que las personas que desean tener hijos se sientan respaldadas. Esto no solo implica beneficios económicos, sino también una reestructuración cultural que fomente la corresponsabilidad parental y respalde nuevas formas de familia”, concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra