Exportaciones de salmón chileno caen y gremio exige una política de Estado
Rodrigo Pinto, director corporativo del Consejo del Salmón, advirtió que la producción nacional de salmón cayó un 1,5% y las exportaciones un 2,8% en el primer trimestre de 2025, alertando que Chile está perdiendo terreno frente a competidores como Noruega y Escocia. El gremio insiste en la necesidad urgente de una política pública que permita crecer de forma sostenible.
La industria del salmón, el segundo rubro exportador más importante de Chile después del cobre, atraviesa una etapa de estancamiento y retroceso. Así lo advirtió Rodrigo Pinto, director corporativo del Consejo del Salmón, en entrevista con Paislobo Prensa, donde expresó la preocupación del gremio frente a la caída del 1,5% en la producción y del 2,8% en las exportaciones durante el primer trimestre de 2025.
Pinto señaló que este fenómeno no es sorpresivo, dado que la producción nacional lleva años sin crecer. “La industria del salmón está estancada desde el año 2000. Mientras países como Noruega y Escocia han anunciado ambiciosas políticas para duplicar o quintuplicar su producción hacia 2030 y 2050, respectivamente, Chile —segundo productor mundial— no cuenta con una política pública de crecimiento”, lamentó.
Actualmente, la salmonicultura chilena utiliza apenas el 0,03% de las 14 millones de hectáreas de aguas protegidas del país, lo que, según Pinto, demuestra que existe amplio espacio para expandirse sin comprometer el medioambiente. “Hay muchas hectáreas disponibles y aptas para cultivo, pero falta voluntad política”, añadió.
La industria, que genera cerca de 70.000 empleos —el 40% ocupados por mujeres— y retorna entre 6.500 y 7.000 millones de dólares al año, ve con preocupación cómo se pierde terreno en mercados donde Chile ya tenía presencia consolidada.
Además de los desafíos estructurales, se suma un escenario internacional complejo tras el anuncio de Estados Unidos de imponer un arancel del 10% a las importaciones de salmón, medida que afecta directamente al principal destino del producto chileno. Pinto explicó que este arancel implicará ajustes de márgenes entre importadores y exportadores, lo que podría repercutir en los precios al consumidor norteamericano. No obstante, el gremio confía en la capacidad de adaptación del sector y en su diversificación de mercados.
En respuesta a este escenario, el Consejo del Salmón ha impulsado una “agenda corta” junto al Subsecretario de Pesca, con seis medidas de bajo impacto regulatorio pero alto efecto para la industria. Entre ellas, destaca la revisión de certificaciones, márgenes de error en la producción y el uso de boyas oceanográficas. “Esperamos que estas medidas se concreten antes de fin de año”, indicó.
Asimismo, gobernadores regionales y alcaldes de Los Lagos, Aysén y Magallanes han propuesto un “Pacto del Salmón”, orientado a consensuar una visión conjunta para el desarrollo sustentable del sector. “Es momento de decidir qué Chile queremos construir en el sur: uno productivo y con empleo, o uno deshabitado como proponen ciertas ONGs de financiamiento internacional”, enfatizó Pinto.
De cara al futuro, el Consejo del Salmón también buscará abrir diálogos con los próximos candidatos presidenciales, para asegurar la continuidad y prioridad de una estrategia de largo plazo. “Así como la minería es motivo de orgullo nacional, queremos que la salmonicultura también lo sea. Esta industria nació en los años 80 desde cero, con manos e ingenio chilenos”, concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra
La industria del salmón, el segundo rubro exportador más importante de Chile después del cobre, atraviesa una etapa de estancamiento y retroceso. Así lo advirtió Rodrigo Pinto, director corporativo del Consejo del Salmón, en entrevista con Paislobo Prensa, donde expresó la preocupación del gremio frente a la caída del 1,5% en la producción y del 2,8% en las exportaciones durante el primer trimestre de 2025.
Pinto señaló que este fenómeno no es sorpresivo, dado que la producción nacional lleva años sin crecer. “La industria del salmón está estancada desde el año 2000. Mientras países como Noruega y Escocia han anunciado ambiciosas políticas para duplicar o quintuplicar su producción hacia 2030 y 2050, respectivamente, Chile —segundo productor mundial— no cuenta con una política pública de crecimiento”, lamentó.
Actualmente, la salmonicultura chilena utiliza apenas el 0,03% de las 14 millones de hectáreas de aguas protegidas del país, lo que, según Pinto, demuestra que existe amplio espacio para expandirse sin comprometer el medioambiente. “Hay muchas hectáreas disponibles y aptas para cultivo, pero falta voluntad política”, añadió.
La industria, que genera cerca de 70.000 empleos —el 40% ocupados por mujeres— y retorna entre 6.500 y 7.000 millones de dólares al año, ve con preocupación cómo se pierde terreno en mercados donde Chile ya tenía presencia consolidada.
Además de los desafíos estructurales, se suma un escenario internacional complejo tras el anuncio de Estados Unidos de imponer un arancel del 10% a las importaciones de salmón, medida que afecta directamente al principal destino del producto chileno. Pinto explicó que este arancel implicará ajustes de márgenes entre importadores y exportadores, lo que podría repercutir en los precios al consumidor norteamericano. No obstante, el gremio confía en la capacidad de adaptación del sector y en su diversificación de mercados.
En respuesta a este escenario, el Consejo del Salmón ha impulsado una “agenda corta” junto al Subsecretario de Pesca, con seis medidas de bajo impacto regulatorio pero alto efecto para la industria. Entre ellas, destaca la revisión de certificaciones, márgenes de error en la producción y el uso de boyas oceanográficas. “Esperamos que estas medidas se concreten antes de fin de año”, indicó.
Asimismo, gobernadores regionales y alcaldes de Los Lagos, Aysén y Magallanes han propuesto un “Pacto del Salmón”, orientado a consensuar una visión conjunta para el desarrollo sustentable del sector. “Es momento de decidir qué Chile queremos construir en el sur: uno productivo y con empleo, o uno deshabitado como proponen ciertas ONGs de financiamiento internacional”, enfatizó Pinto.
De cara al futuro, el Consejo del Salmón también buscará abrir diálogos con los próximos candidatos presidenciales, para asegurar la continuidad y prioridad de una estrategia de largo plazo. “Así como la minería es motivo de orgullo nacional, queremos que la salmonicultura también lo sea. Esta industria nació en los años 80 desde cero, con manos e ingenio chilenos”, concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra