Del encierro a la esperanza: el pan diario de Magdalena Duque, emprendedora de La Pintana
Magdalena Duque tiene 48 años, es madre de 5 hijos y emprendedora dedicada a la producción y venta de panes amasados por ella, además de comercializar ropa usada en la feria de La Pintana, una comuna vulnerable ubicada al sur de Santiago. Su emprendimiento tomó forma cuando salió del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago el 14 de septiembre de 2024 y se reinventó para comenzar una nueva vida.
Anteriormente, Magdalena integraba una banda compuesta por 16 mujeres dedicadas a robar en supermercados. El último robo fue decisivo. Su hija, Pía* (nombre ficticio), la acompañó ese día, y ambas fueron detenidas junto al resto del grupo. Pía recibió una condena de cinco años; Magdalena, tres, la pena más baja entre las involucradas. Gracias a su buena conducta, Magdalena recuperó la libertad hace ocho meses. Su hija, en cambio, aún cumple su condena.
Cada domingo, Magdalena la visita en el centro penitenciario. Pía, mientras tanto, aprovecha el tiempo: cursó un preuniversitario el año pasado y hoy estudia odontología en la sección educativa del penal. Emocionada, Magdalena cuenta que su hija obtuvo una beca para continuar su carrera en una universidad cuando termine de cumplir su sentencia. Ahora Pía sueña con convertirse en dentista. Promete que nunca más volverá a robar.
Ella es la primera emprendedora que hace parte del convenio entre Fundación Mujer Levántate y Fondo Esperanza para apoyar la reincorporación social de mujeres tras cumplir su condena a través de un emprendimiento. Esta alianza empezó a hablarse en 2016, pero se concretó con el nuevo programa post penitenciario de la fundación que involucra mujeres que al volver a sus casas optaron por trabajo independiente y que residen en comunas más vulnerables de la Región Metropolitana.
Francisca Hernández, terapeuta ocupacional del programa post penitenciario “Caminemos” de la Fundación Mujer Levántate, habla de Magdalena con gran orgullo: “Estamos felices porque Magdalena ha podido ir surgiendo en la venta de pan amasado, tortillas, útiles de aseo, limpieza y ropa, desde su casa y por la zona en la que reside. También es importante el compromiso y responsabilidad con las fechas de pago de su crédito, nunca se ha atrasado por lo que nos comenta y está feliz de poder ir invirtiendo y generando ganancias que le ayudan para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia”, asegura.
Sobre el resto de beneficiarias del programa, Francisca agrega: “Lo más valioso es la motivación intrínseca de las participantes por el cambio y el desistimiento delictivo, que si bien muchas de ellas regresan al mismo lugar donde las detuvieron o existe actividad delictual, ellas deciden hacer un cambio y no volver a cometer delitos mediante sus propias herramientas y habilidades como es formar un emprendimiento”.
Desde que ingresó a Fondo Esperanza, el 27 de enero de 2025, Magdalena se siente entusiasmada de ver que es posible tener como fuente de ingreso su propio negocio. Fue acogida por el Banco Comunal Ave Fénix Vip, conformado por socias y socios de Fondos Esperanza. Florita Ampuero, delegada de cuponera del Banco Comunal, cuenta que conoció a Magdalena en este ciclo: “Magdalena se ha portado bien con mi grupo, ha pagado sin ningún problema, me ha depositado las cuotas mucho antes de la fecha establecida para cancelarlas. Es muy puntual y es muy buena compañera con las otras socias”.
Yaritza Lemu, asesora de Fondo Esperanza que atiende este Banco Comunal, asegura que esta experiencia ha sido muy buena porque “nos permite entregar una nueva oportunidad a las personas que se encuentran en proceso de reinserción social. Magdalena Duque es la primera socia derivada desde la Fundación Mujer Levántate y estamos muy contentas de cómo ha resultado el proceso. Esperamos poder seguir con esta alianza logrando la integración de más mujeres y poder apoyarlas en su proceso a través de su propio emprendimiento”.
Magdalena pronto accederá a su segundo crédito con Fondo Esperanza, con el cual quiere comprar un horno industrial para probar con repostería y aumentar la producción de los amasados.
*Nombre cambiado por privacidad.
Anteriormente, Magdalena integraba una banda compuesta por 16 mujeres dedicadas a robar en supermercados. El último robo fue decisivo. Su hija, Pía* (nombre ficticio), la acompañó ese día, y ambas fueron detenidas junto al resto del grupo. Pía recibió una condena de cinco años; Magdalena, tres, la pena más baja entre las involucradas. Gracias a su buena conducta, Magdalena recuperó la libertad hace ocho meses. Su hija, en cambio, aún cumple su condena.
Cada domingo, Magdalena la visita en el centro penitenciario. Pía, mientras tanto, aprovecha el tiempo: cursó un preuniversitario el año pasado y hoy estudia odontología en la sección educativa del penal. Emocionada, Magdalena cuenta que su hija obtuvo una beca para continuar su carrera en una universidad cuando termine de cumplir su sentencia. Ahora Pía sueña con convertirse en dentista. Promete que nunca más volverá a robar.
Ella es la primera emprendedora que hace parte del convenio entre Fundación Mujer Levántate y Fondo Esperanza para apoyar la reincorporación social de mujeres tras cumplir su condena a través de un emprendimiento. Esta alianza empezó a hablarse en 2016, pero se concretó con el nuevo programa post penitenciario de la fundación que involucra mujeres que al volver a sus casas optaron por trabajo independiente y que residen en comunas más vulnerables de la Región Metropolitana.
Francisca Hernández, terapeuta ocupacional del programa post penitenciario “Caminemos” de la Fundación Mujer Levántate, habla de Magdalena con gran orgullo: “Estamos felices porque Magdalena ha podido ir surgiendo en la venta de pan amasado, tortillas, útiles de aseo, limpieza y ropa, desde su casa y por la zona en la que reside. También es importante el compromiso y responsabilidad con las fechas de pago de su crédito, nunca se ha atrasado por lo que nos comenta y está feliz de poder ir invirtiendo y generando ganancias que le ayudan para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia”, asegura.
Sobre el resto de beneficiarias del programa, Francisca agrega: “Lo más valioso es la motivación intrínseca de las participantes por el cambio y el desistimiento delictivo, que si bien muchas de ellas regresan al mismo lugar donde las detuvieron o existe actividad delictual, ellas deciden hacer un cambio y no volver a cometer delitos mediante sus propias herramientas y habilidades como es formar un emprendimiento”.
Desde que ingresó a Fondo Esperanza, el 27 de enero de 2025, Magdalena se siente entusiasmada de ver que es posible tener como fuente de ingreso su propio negocio. Fue acogida por el Banco Comunal Ave Fénix Vip, conformado por socias y socios de Fondos Esperanza. Florita Ampuero, delegada de cuponera del Banco Comunal, cuenta que conoció a Magdalena en este ciclo: “Magdalena se ha portado bien con mi grupo, ha pagado sin ningún problema, me ha depositado las cuotas mucho antes de la fecha establecida para cancelarlas. Es muy puntual y es muy buena compañera con las otras socias”.
Yaritza Lemu, asesora de Fondo Esperanza que atiende este Banco Comunal, asegura que esta experiencia ha sido muy buena porque “nos permite entregar una nueva oportunidad a las personas que se encuentran en proceso de reinserción social. Magdalena Duque es la primera socia derivada desde la Fundación Mujer Levántate y estamos muy contentas de cómo ha resultado el proceso. Esperamos poder seguir con esta alianza logrando la integración de más mujeres y poder apoyarlas en su proceso a través de su propio emprendimiento”.
Magdalena pronto accederá a su segundo crédito con Fondo Esperanza, con el cual quiere comprar un horno industrial para probar con repostería y aumentar la producción de los amasados.
*Nombre cambiado por privacidad.
Fondo Esperanza
Es la organización de desarrollo social más grande de Chile, pionera en implementar un servicio microfinanciero solidario enfocado al emprendimiento en sectores vulnerables: microcrédito, capacitación, generación de redes de apoyo e inclusión digital.
En sus 23 años ha apoyado a más de 650 mil microemprendimientos. A través de la mundialmente reconocida metodología de Banca Comunal, hoy atiende a más de 140 mil emprendedoras y emprendedores de Arica a Coyhaique y su cartera de créditos es superior a los USD 80 millones.
Fondo Esperanza pertenece a la Fundación Microfinanzas BBVA y a la Fundación Hogar de Cristo.
Fuente información: contrerasm@fondoesperanza.cl
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