Comerciantes ambulantes de Osorno denuncian "política de represión" municipal

Comerciantes ambulantes de Osorno denuncian "política de represión" municipal
Un diverso colectivo de comerciantes y artistas ambulantes se manifestó pacíficamente en la Plaza de Armas de Osorno para solicitar formalmente una audiencia con el alcalde Jaime Bertín. El objetivo es establecer una mesa de trabajo que permita regularizar su actividad mediante un permiso municipal pagado, poniendo fin a lo que denuncian como una constante política de "represión", agresiones y decomisos por parte de inspectores municipales, que afecta su único medio de subsistencia.

Un grupo de aproximadamente cincuenta comerciantes y artistas ambulantes de Osorno interrumpió la solemnidad de la jornada de este miércoles para hacer visible una prolongada problemática que, según afirman, amenaza su sustento diario. Justo al concluir la ceremonia oficial del Juramento a la Bandera en la Plaza de Armas, los trabajadores desplegaron pancartas y elevaron consignas para exigir una solución definitiva a su situación de informalidad laboral, apuntando directamente a la máxima autoridad comunal, el alcalde Jaime Bertín.

La demanda central y más urgente del colectivo es la creación de una mesa de diálogo con el jefe comunal. El propósito de este encuentro, explicaron, es diseñar e implementar un permiso municipal que les permita ejercer sus oficios de manera legal y ordenada. Lejos de buscar un beneficio gratuito, los manifestantes recalcaron su disposición a pagar por dicha autorización. "No queremos que nos regalen nada, queremos pagar un permiso y trabajar dignamente, sin que nos persigan como si fuéramos delincuentes", señaló una de las voceras de la agrupación durante la protesta.

Esta solicitud surge como respuesta a lo que describen como una "política de represión" sistemática por parte del personal de inspección municipal. Las denuncias son graves e incluyen acusaciones de trato vejatorio, agresiones verbales y físicas, decomiso de sus mercaderías y herramientas de trabajo, además de la aplicación de multas. Estos hechos, aseguran, se han convertido en una constante que genera incertidumbre y temor entre quienes dependen de la venta diaria para sobrevivir.

Uno de los casos que generó mayor indignación y que fue citado como ejemplo del hostigamiento que sufren, involucró a una vendedora de la tercera edad. Según relataron sus compañeros, la "abuelita", como la identifican afectuosamente, fue detenida por inspectores municipales mientras ofrecía sus productos, en un procedimiento que calificaron como "desmedido y humillante". Este tipo de situaciones, argumentan, evidencia una falta de criterio y sensibilidad por parte de la autoridad fiscalizadora.

El colectivo de afectados es heterogéneo y representa una franja vulnerable de la población local. Está compuesto por vendedores de alimentos preparados, mariscos frescos, artesanías, así como por artistas callejeros, músicos y estatuas vivientes. Dentro del grupo, además, se encuentran numerosas personas de la tercera edad y ciudadanos con discapacidad, para quienes el comercio ambulante no es una opción, sino la única alternativa viable para generar ingresos y sostener a sus familias.

Los manifestantes también dirigieron sus críticas al ámbito político, acusando directamente al alcalde Jaime Bertín de haber incumplido promesas de campaña relacionadas con la búsqueda de soluciones para el comercio informal. Afirmaron que, durante años, han intentado infructuosamente ser recibidos por la autoridad, encontrando siempre una negativa a establecer un diálogo constructivo. "En campaña nos prometió que buscaríamos una salida, pero una vez en el cargo, nos cerró la puerta. Nos hemos cansado de esperar", expresó otro de los comerciantes.

La elección del momento y lugar para la manifestación no fue casual. Al realizarla en el principal paseo público de la ciudad y tras un acto cívico de alta concurrencia, los trabajadores buscaron maximizar la visibilidad de su causa, esperando que su llamado finalmente resuene en el edificio consistorial. Ahora, el colectivo queda a la espera de una respuesta oficial por parte de la Municipalidad de Osorno, una señal que determine si el camino hacia una solución se abrirá a través del diálogo o si la tensión entre los comerciantes y la administración local continuará escalando.




Fuente información: Álvaro Torres Riobó
Siguiente Anterior
*****