Estudios revelan el impacto del rugby en la salud mental y el liderazgo de las adolescentes
Un análisis de los últimos 12 meses, basado en datos de organismos internacionales y publicaciones científicas, ha consolidado la evidencia sobre los beneficios del rugby para las adolescentes, que trascienden el desarrollo físico. La investigación destaca mejoras significativas en la salud mental, una percepción corporal más positiva y el fomento de habilidades de liderazgo, posicionando a este deporte como una herramienta clave para combatir el abandono deportivo en una etapa crítica.
El rugby se está consolidando como mucho más que una disciplina deportiva para las adolescentes; una creciente cantidad de evidencia lo posiciona como un ecosistema de desarrollo integral con profundos beneficios para la salud mental, la autoconfianza y las habilidades de liderazgo. Un análisis exhaustivo de datos recopilados entre octubre de 2024 y octubre de 2025 por diversas instituciones globales subraya el impacto positivo que este deporte de contacto está teniendo en las jóvenes.
Uno de los hallazgos más relevantes se centra en el bienestar psicológico. Estudios recientes, referenciados por la prestigiosa publicación British Journal of Sports Medicine, indican que las adolescentes que practican rugby reportan hasta un 15% menos de síntomas de ansiedad en comparación con sus pares sedentarias. La naturaleza del juego, que exige gestionar la adversidad física y emocional de manera controlada, enseña a las jugadoras a levantarse tras cada caída, forjando una resiliencia que se transfiere a otros ámbitos de su vida.
En un contexto donde la imagen corporal es una preocupación central durante la adolescencia, el rugby ofrece un entorno inclusivo único. A diferencia de otros deportes que tienden a favorecer un biotipo específico, esta disciplina valora una diversidad de complexiones físicas, ya que cada una es funcional para las distintas posiciones en el campo. De hecho, encuestas realizadas por la Rugby Football Union (RFU), la federación inglesa, muestran que más del 80% de las jugadoras jóvenes afirman que el rugby mejoró la percepción de la fortaleza de su cuerpo por sobre los estándares estéticos convencionales.
Otro factor clave es su alta tasa de retención. Datos de la Women's Sport Foundation sugieren que las niñas abandonan el deporte al doble de la tasa que los niños al llegar a la adolescencia. Sin embargo, el rugby, con su fuerte componente social y de equipo, ha demostrado tener una tasa de retención un 25% más alta para este grupo demográfico en comparación con deportes individuales. Esto se ve reforzado por la cultura del "tercer tiempo", un espacio de camaradería post-partido donde ambos equipos socializan, fomentando el respeto y lazos interpersonales.
El crecimiento en la participación ha sido notable, impulsado por estrategias globales como el plan "Women in Rugby 2021-2025" de World Rugby. Programas de iniciación como "Get Into Rugby" han registrado un crecimiento proyectado del 20% en su rama femenina durante el último ciclo anual. Los entrenadores de estos programas reportan mejoras medibles en competencias de comunicación, toma de decisiones bajo presión y liderazgo en las participantes tras solo una temporada, habilidades altamente valoradas en el ámbito académico y profesional.
Este conjunto de beneficios, que abarca desde el desarrollo físico integral —como la mejora de la densidad ósea y la fuerza muscular— hasta el fortalecimiento psicológico y social, posiciona al rugby no solo como un deporte en auge, sino como una valiosa herramienta para el empoderamiento de la próxima generación de mujeres.
En Osorno, Unión Rugby Osorno, está realizando una actividad gratuíta, financiada por el Fondo de Fomento de Organizaciones de Interés Público de la Segegob Los Lagos, con clases martes y jueves a las 18:00 horas, en la cancha 4 de la Villa Olímpica a cargo del profesor Diego Pacheco. "Solo hay que llevar agua e idealmente, un par de chuteadores. Madres, padres, apoderados y familiares están invitados a acompañarnos para conocer el deporte", señalan desde URO.
Fuente información: Agencia MI
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El rugby se está consolidando como mucho más que una disciplina deportiva para las adolescentes; una creciente cantidad de evidencia lo posiciona como un ecosistema de desarrollo integral con profundos beneficios para la salud mental, la autoconfianza y las habilidades de liderazgo. Un análisis exhaustivo de datos recopilados entre octubre de 2024 y octubre de 2025 por diversas instituciones globales subraya el impacto positivo que este deporte de contacto está teniendo en las jóvenes.
Uno de los hallazgos más relevantes se centra en el bienestar psicológico. Estudios recientes, referenciados por la prestigiosa publicación British Journal of Sports Medicine, indican que las adolescentes que practican rugby reportan hasta un 15% menos de síntomas de ansiedad en comparación con sus pares sedentarias. La naturaleza del juego, que exige gestionar la adversidad física y emocional de manera controlada, enseña a las jugadoras a levantarse tras cada caída, forjando una resiliencia que se transfiere a otros ámbitos de su vida.
En un contexto donde la imagen corporal es una preocupación central durante la adolescencia, el rugby ofrece un entorno inclusivo único. A diferencia de otros deportes que tienden a favorecer un biotipo específico, esta disciplina valora una diversidad de complexiones físicas, ya que cada una es funcional para las distintas posiciones en el campo. De hecho, encuestas realizadas por la Rugby Football Union (RFU), la federación inglesa, muestran que más del 80% de las jugadoras jóvenes afirman que el rugby mejoró la percepción de la fortaleza de su cuerpo por sobre los estándares estéticos convencionales.
Otro factor clave es su alta tasa de retención. Datos de la Women's Sport Foundation sugieren que las niñas abandonan el deporte al doble de la tasa que los niños al llegar a la adolescencia. Sin embargo, el rugby, con su fuerte componente social y de equipo, ha demostrado tener una tasa de retención un 25% más alta para este grupo demográfico en comparación con deportes individuales. Esto se ve reforzado por la cultura del "tercer tiempo", un espacio de camaradería post-partido donde ambos equipos socializan, fomentando el respeto y lazos interpersonales.
El crecimiento en la participación ha sido notable, impulsado por estrategias globales como el plan "Women in Rugby 2021-2025" de World Rugby. Programas de iniciación como "Get Into Rugby" han registrado un crecimiento proyectado del 20% en su rama femenina durante el último ciclo anual. Los entrenadores de estos programas reportan mejoras medibles en competencias de comunicación, toma de decisiones bajo presión y liderazgo en las participantes tras solo una temporada, habilidades altamente valoradas en el ámbito académico y profesional.
Este conjunto de beneficios, que abarca desde el desarrollo físico integral —como la mejora de la densidad ósea y la fuerza muscular— hasta el fortalecimiento psicológico y social, posiciona al rugby no solo como un deporte en auge, sino como una valiosa herramienta para el empoderamiento de la próxima generación de mujeres.
En Osorno, Unión Rugby Osorno, está realizando una actividad gratuíta, financiada por el Fondo de Fomento de Organizaciones de Interés Público de la Segegob Los Lagos, con clases martes y jueves a las 18:00 horas, en la cancha 4 de la Villa Olímpica a cargo del profesor Diego Pacheco. "Solo hay que llevar agua e idealmente, un par de chuteadores. Madres, padres, apoderados y familiares están invitados a acompañarnos para conocer el deporte", señalan desde URO.
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