Pugna sin mucho arte: Osorno y su teatro de lo absurdo

Por Francisco Reyes. Fuente: www.elojo.cl
Ni el propio Eugene Ionesco podría darle mejor forma a la historia que se sigue escribiendo en torno a la concreción del Teatro de las Artes de Osorno.
El autor de “La cantante calva” no lograría entender por qué una mega obra que ya está en la conciencia colectiva local y que busca devolverle a la ciudad y a la provincia una categoría cultural que mantuvo por décadas, aún no logra el decidido apoyo de todos y un terreno óptimo para levantarse como el gran espacio de las artes del sur de Chile.
El trabajo ciudadano y en comisiones liderado por Jaime Bertín, primero como gobernador y luego como intendente regional, por darle vida a una infraestructura de 4 mil metros cuadrados y que supla los 3 recordados teatros que alguna vez existieron en la ciudad de la leche, encontró desde su génesis varias barreras que luego de casi 6 años siguen penando, y que hoy ya ni siquiera ocultan su matiz político.
De hecho, ya hay muchos que temen que así como ocurrió con la división regional y otra vez, con la eventual creación de la comuna de Rahue, el tema del teatro y la forma en que lo han abordado diversos actores, se transforme en una moneda de cambio o de choque de fuerzas entre pactos y al interior de los mismos.
¿Acaso algunos vislumbran que oponerse a Bertín y su personalismo en la actual gestión alcaldicia lleva consigo poner trabas a la materialización del Teatro de las Artes?
¿Cuál es el verdadero problema del teatro y su materialización? ¿Acaso es el propio Bertín?
Lo cierto es que la emblemática obra no se materializará en 2010 y con todas sus letras el gobernador Rodrigo Kauak ha señalado que hay proyectos más importantes que atender para este año.
La iniciativa fue bajada de la cartera del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, Fndr 2010, y la reubicación definida durante el presente Gobierno resulta el corolario de una historia que ni en la administración de la Concertación ha vislumbrado un final feliz o al menos luz después del túnel.
Si el ex intendente Sergio Galilea tramitó el proyecto al máximo sin anunciar recursos frescos ni para 2009 ni para este año, los consejeros regionales definivamente le pusieron un PARE por tratarse de una obra de alta demanda presupuestaria pese a financiar el diseño y el nuevo estudio de emplazamiento. Hoy nisiquiera hay claridad respecto al terreno donde se construirá. De dice el Parque Chuyaca, pero...
Varios son los que señalan que el ahora alcalde Jaime Bertín abusó del tema en sus pugnas con el ex Gobierno Regional y con el actual, y al personalizar al máximo el proyecto lo terminó “quemando”.
Pero ¿tenía otro camino el teatro si el mismo jefe comunal ha llegado a denunciar falta de voluntad para hacer las cosas?
Por supuesto que la institución mandante, la Gobernación Provincial de Osorno, niega
tal acusación e insiste en el camino de las prioridades sociales. Y si hay otras obras qué financiar, ¿por qué no preguntarnos cuáles?
Y SI FUERA...
Si el Teatro de Las Artes fuera una iniciativa politizada en un 100 por ciento estaríamos en presencia de una política que nadie quiere, esa de esencia individualista y de mundos idisímiles con los intereses de la propia comunidad; una verdadera obra de lo “absurdo”, con actos mejor escritos que los de Beckett o el propio Ionesco.
Y el tema ha sido parte de varios actos de lo “absurdo” como su utilización en la última campaña municipal para trabar el discurso “de mis obras” del otrora candidato a alcalde; o el retazo inundable del Parque Alberto Hott que en 2006 cedió la Municipalidad de Mauricio Saint-Jean, desechando el Parque Chuyaca. Luego apareció como alternativa un espacio de la Universidad de Los Lagos, hoy también descartado.
SIN LOGICA
Pero ojo: situándonos en el plano del arte, quizás lo que ocurre con esta emblemática futura obra osornina sea normal. Quizás forme parte de la esencia de un teatro sin lógica, del “absurdo”: como ese personaje que renunciando a la familia y al ocio trabajó toda su vida para transformarse en el hombre más rico del cementerio; o, más ad-hoc, como ese grupo de señoras que luego de asistir al teatro de las emociones salió de la sala raudamente sin ver ni escuchar al niño pobre que en plena calle pidió unas monedas.
Es que lo del Teatro de las Artes para Osorno da para mucho, incluso para pensar en lo esencialmente cotidiano o en la “lógica” o “ilógica” disputa política de un proyecto que nació al alero de la Concertación y que hoy comienza a ser ninguneada por la Alianza.
Mientras, el mundo cultural permanece mudo, como tomando palco en esta eterna “función”.
¿Le parece lógico?
Ni el propio Eugene Ionesco podría darle mejor forma a la historia que se sigue escribiendo en torno a la concreción del Teatro de las Artes de Osorno.
El autor de “La cantante calva” no lograría entender por qué una mega obra que ya está en la conciencia colectiva local y que busca devolverle a la ciudad y a la provincia una categoría cultural que mantuvo por décadas, aún no logra el decidido apoyo de todos y un terreno óptimo para levantarse como el gran espacio de las artes del sur de Chile.
El trabajo ciudadano y en comisiones liderado por Jaime Bertín, primero como gobernador y luego como intendente regional, por darle vida a una infraestructura de 4 mil metros cuadrados y que supla los 3 recordados teatros que alguna vez existieron en la ciudad de la leche, encontró desde su génesis varias barreras que luego de casi 6 años siguen penando, y que hoy ya ni siquiera ocultan su matiz político.
De hecho, ya hay muchos que temen que así como ocurrió con la división regional y otra vez, con la eventual creación de la comuna de Rahue, el tema del teatro y la forma en que lo han abordado diversos actores, se transforme en una moneda de cambio o de choque de fuerzas entre pactos y al interior de los mismos.
¿Acaso algunos vislumbran que oponerse a Bertín y su personalismo en la actual gestión alcaldicia lleva consigo poner trabas a la materialización del Teatro de las Artes?
¿Cuál es el verdadero problema del teatro y su materialización? ¿Acaso es el propio Bertín?
Lo cierto es que la emblemática obra no se materializará en 2010 y con todas sus letras el gobernador Rodrigo Kauak ha señalado que hay proyectos más importantes que atender para este año.
La iniciativa fue bajada de la cartera del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, Fndr 2010, y la reubicación definida durante el presente Gobierno resulta el corolario de una historia que ni en la administración de la Concertación ha vislumbrado un final feliz o al menos luz después del túnel.
Si el ex intendente Sergio Galilea tramitó el proyecto al máximo sin anunciar recursos frescos ni para 2009 ni para este año, los consejeros regionales definivamente le pusieron un PARE por tratarse de una obra de alta demanda presupuestaria pese a financiar el diseño y el nuevo estudio de emplazamiento. Hoy nisiquiera hay claridad respecto al terreno donde se construirá. De dice el Parque Chuyaca, pero...
Varios son los que señalan que el ahora alcalde Jaime Bertín abusó del tema en sus pugnas con el ex Gobierno Regional y con el actual, y al personalizar al máximo el proyecto lo terminó “quemando”.
Pero ¿tenía otro camino el teatro si el mismo jefe comunal ha llegado a denunciar falta de voluntad para hacer las cosas?
Por supuesto que la institución mandante, la Gobernación Provincial de Osorno, niega
tal acusación e insiste en el camino de las prioridades sociales. Y si hay otras obras qué financiar, ¿por qué no preguntarnos cuáles?
Y SI FUERA...
Si el Teatro de Las Artes fuera una iniciativa politizada en un 100 por ciento estaríamos en presencia de una política que nadie quiere, esa de esencia individualista y de mundos idisímiles con los intereses de la propia comunidad; una verdadera obra de lo “absurdo”, con actos mejor escritos que los de Beckett o el propio Ionesco.
Y el tema ha sido parte de varios actos de lo “absurdo” como su utilización en la última campaña municipal para trabar el discurso “de mis obras” del otrora candidato a alcalde; o el retazo inundable del Parque Alberto Hott que en 2006 cedió la Municipalidad de Mauricio Saint-Jean, desechando el Parque Chuyaca. Luego apareció como alternativa un espacio de la Universidad de Los Lagos, hoy también descartado.
SIN LOGICA
Pero ojo: situándonos en el plano del arte, quizás lo que ocurre con esta emblemática futura obra osornina sea normal. Quizás forme parte de la esencia de un teatro sin lógica, del “absurdo”: como ese personaje que renunciando a la familia y al ocio trabajó toda su vida para transformarse en el hombre más rico del cementerio; o, más ad-hoc, como ese grupo de señoras que luego de asistir al teatro de las emociones salió de la sala raudamente sin ver ni escuchar al niño pobre que en plena calle pidió unas monedas.
Es que lo del Teatro de las Artes para Osorno da para mucho, incluso para pensar en lo esencialmente cotidiano o en la “lógica” o “ilógica” disputa política de un proyecto que nació al alero de la Concertación y que hoy comienza a ser ninguneada por la Alianza.
Mientras, el mundo cultural permanece mudo, como tomando palco en esta eterna “función”.
¿Le parece lógico?