¿Cómo enfrentar un invierno con menos frío y contaminación?
Osorno. Loreto Bustos.
Preocuparse de adquirir leña para el invierno, de limpiar canaletas y de proteger el hogar para enfrentar las bajas temperaturas, sellar y pintar algunas veces, forman parte de las preocupaciones que muchas familias osorninas asumen durante el verano, precisamente a finales del mes de febrero cuando está a punto de comenzar el año laboral y académico de forma intensa.
Es por ello que resulta importante en esta época poder tener en cuenta algunos antecedentes antes de tomar decisiones. El director de Ingeniería Civil de la Universidad San Sebastián, Jorge Nusser, experto en materia energética y construcción, tiene algunas recomendaciones para evitar malos ratos a las familias sureñas durante el año.
¿Qué recomendaciones se pueden hacer respecto del tipo de leña y calidad que debiera adquirirse?
Hay dos características esenciales a tomar en cuenta: la densidad de la madera y su contenido de humedad. La medida de venta de la leña es por volumen, un metro de leña equivale a un metro cúbico de volumen. El material combustible tiene peso. Álamo, pino, hualle, laurel son maderas con densidad baja y por tanto aportan menos combustible por unidad de medida. El ulmo por otra parte pesa más por unidad de volumen por lo que un metro de ulmo aporta mucho más calor que un metro (cúbico) de pino. Lo siguiente es considerar la humedad con que viene la leña. La leña húmeda primero tiene que evaporar el agua que contiene para luego arder. Evaporar agua requiere gran cantidad de energía y finalmente es nuestro dinero que se vuela por la chimenea, antes de siquiera calentar la casa.
La leña mojada por otra parte aumenta fuertemente la cantidad de suciedad en los cañones, obligando a mayor aseo. En el caso de las calderas, implica limpiar más seguido los ductos interiores, aparte de la chimenea misma. Aumenta la corrosión y los equipos duran menos. Eso tiene un costo que hay que tomar en cuenta.
¿Es tan importante hacerlo en el comercio establecido? Por qué?
La venta de leña a domicilio es un arte comercial no regulado. Desgraciadamente abundan vendedores poco serios que tienen un sinnúmero de trucos para estafar al cliente. Algunos de los viejos trucos son por ejemplo cortar los primeros 20 centímetros de la huincha de medir y volver a remachar en la punta el gancho de encaje. Vender leña seca, pero será solamente la que está a la vista, el resto está húmeda y escondida entre los demás palos. Apilar haciendo huecos al centro. Mentir sobre el tipo de leña que se está vendiendo a las personas que no saben de maderas. El tineo, por ejemplo, es prácticamente igual al ulmo, pero no arde bien dejando una costra de carbón.
Es más preferible tener un vendedor de leña conocido y que sea capaz de certificar el grado de humedad con el que vende su producto.
¿Es necesario hacer algunos cambios en estufas o sistemas de calentadores para evitar la contaminación?
La primera medida y fundamental es usar leña seca. En ésta época se puede comprar leña húmeda, apilar y guardar para el invierno. Hemos sido tradicionalmente poco previsores. Una alternativa es que el vendedor de leña tenga un acopio y seque leña en verano y otoño, traspasando en ése caso y como corresponde, los costos financieros al usuario que no hizo su provisión a tiempo.
Aumentará un poco el precio, pero será en todo caso muchísimo menos que el dinero que se pierde quemando leña húmeda.
En cuanto a los calentadores, el uso de dobles cámaras es el ideal. La quema directa (cocina a leña tradicional o estufa) no extrae bien el calor de combustión botándose una enorme cantidad por las chimeneas. La inversión en una estufa de combustión lenta se paga con creces con el ahorro energético. Si en cada casa quemamos de ésta forma la mitad de leña, habremos conseguido bajar ya la contaminación de Osorno en un 50%.
¿Se pude reiterar el llamado de cerrar y sellar bien las casas para evitar que el calor se vaya?
Tenemos costumbres muy arraigadas que es necesario repensar. Las horas de mayor contaminación son entre 7 y 10 de la mañana y entre 5 y 10 de la noche. Sin embargo, y por costumbre, elegimos ventilar las casas en la mañana metiendo la contaminación dentro del hogar. Como la mañana es además más fría, aumentamos además el consumo de leña para compensar las ventanas abiertas. Tenemos que aprender a ventilar entre las 12 del día y las 4 de la tarde.
Se deben sellar las hendijas en ventanas y puertas. No es necesario gastar en productos caros, sirve hasta papel de diario húmedo. Además deben aislarse las grandes superficies: pisos, paredes y cielos. La forma de aislar es generar espacios en que el aire se detenga. Esto se hace con Aislapol, lanas minerales, poliuretano expandido, etc. Todos esos materiales forman microceldas que atrapan el aire y lo detiene. Pero también podemos conseguirlo con cajas de huevos, cartón corrugado en varias capas. Se puede usar muchos materiales reciclándolos. Están disponibles para todos.
Existen hoy dos nuevas normas de aislación habitacional, las cuales consiguen temperar la construcción con apenas el 8 al 12% de lo que es nuestro consumo habitual en la ciudad. Sin embargo, son tecnologías y procesos constructivos nuevos que costará generalizar y hacer bajar de precio.
¿Cómo podemos contribuir a disminuir la contaminación del aire en Osorno?
Usando leña seca, aislando nuestras casas, ventilando más cerca del mediodía, cambiando nuestras estufas por aquellas de mayor eficiencia. Aún así, habrá días en que debido al tránsito vehicular más la calefacción los índices de material particulado se sobrepasarán. Debemos tratar que sean los menos días posibles y que el índice se sobrepase en menor medida.
Preocuparse de adquirir leña para el invierno, de limpiar canaletas y de proteger el hogar para enfrentar las bajas temperaturas, sellar y pintar algunas veces, forman parte de las preocupaciones que muchas familias osorninas asumen durante el verano, precisamente a finales del mes de febrero cuando está a punto de comenzar el año laboral y académico de forma intensa.
Es por ello que resulta importante en esta época poder tener en cuenta algunos antecedentes antes de tomar decisiones. El director de Ingeniería Civil de la Universidad San Sebastián, Jorge Nusser, experto en materia energética y construcción, tiene algunas recomendaciones para evitar malos ratos a las familias sureñas durante el año.
¿Qué recomendaciones se pueden hacer respecto del tipo de leña y calidad que debiera adquirirse?
Hay dos características esenciales a tomar en cuenta: la densidad de la madera y su contenido de humedad. La medida de venta de la leña es por volumen, un metro de leña equivale a un metro cúbico de volumen. El material combustible tiene peso. Álamo, pino, hualle, laurel son maderas con densidad baja y por tanto aportan menos combustible por unidad de medida. El ulmo por otra parte pesa más por unidad de volumen por lo que un metro de ulmo aporta mucho más calor que un metro (cúbico) de pino. Lo siguiente es considerar la humedad con que viene la leña. La leña húmeda primero tiene que evaporar el agua que contiene para luego arder. Evaporar agua requiere gran cantidad de energía y finalmente es nuestro dinero que se vuela por la chimenea, antes de siquiera calentar la casa.
La leña mojada por otra parte aumenta fuertemente la cantidad de suciedad en los cañones, obligando a mayor aseo. En el caso de las calderas, implica limpiar más seguido los ductos interiores, aparte de la chimenea misma. Aumenta la corrosión y los equipos duran menos. Eso tiene un costo que hay que tomar en cuenta.
¿Es tan importante hacerlo en el comercio establecido? Por qué?
La venta de leña a domicilio es un arte comercial no regulado. Desgraciadamente abundan vendedores poco serios que tienen un sinnúmero de trucos para estafar al cliente. Algunos de los viejos trucos son por ejemplo cortar los primeros 20 centímetros de la huincha de medir y volver a remachar en la punta el gancho de encaje. Vender leña seca, pero será solamente la que está a la vista, el resto está húmeda y escondida entre los demás palos. Apilar haciendo huecos al centro. Mentir sobre el tipo de leña que se está vendiendo a las personas que no saben de maderas. El tineo, por ejemplo, es prácticamente igual al ulmo, pero no arde bien dejando una costra de carbón.
Es más preferible tener un vendedor de leña conocido y que sea capaz de certificar el grado de humedad con el que vende su producto.
¿Es necesario hacer algunos cambios en estufas o sistemas de calentadores para evitar la contaminación?
La primera medida y fundamental es usar leña seca. En ésta época se puede comprar leña húmeda, apilar y guardar para el invierno. Hemos sido tradicionalmente poco previsores. Una alternativa es que el vendedor de leña tenga un acopio y seque leña en verano y otoño, traspasando en ése caso y como corresponde, los costos financieros al usuario que no hizo su provisión a tiempo.
Aumentará un poco el precio, pero será en todo caso muchísimo menos que el dinero que se pierde quemando leña húmeda.
En cuanto a los calentadores, el uso de dobles cámaras es el ideal. La quema directa (cocina a leña tradicional o estufa) no extrae bien el calor de combustión botándose una enorme cantidad por las chimeneas. La inversión en una estufa de combustión lenta se paga con creces con el ahorro energético. Si en cada casa quemamos de ésta forma la mitad de leña, habremos conseguido bajar ya la contaminación de Osorno en un 50%.
¿Se pude reiterar el llamado de cerrar y sellar bien las casas para evitar que el calor se vaya?
Tenemos costumbres muy arraigadas que es necesario repensar. Las horas de mayor contaminación son entre 7 y 10 de la mañana y entre 5 y 10 de la noche. Sin embargo, y por costumbre, elegimos ventilar las casas en la mañana metiendo la contaminación dentro del hogar. Como la mañana es además más fría, aumentamos además el consumo de leña para compensar las ventanas abiertas. Tenemos que aprender a ventilar entre las 12 del día y las 4 de la tarde.
Se deben sellar las hendijas en ventanas y puertas. No es necesario gastar en productos caros, sirve hasta papel de diario húmedo. Además deben aislarse las grandes superficies: pisos, paredes y cielos. La forma de aislar es generar espacios en que el aire se detenga. Esto se hace con Aislapol, lanas minerales, poliuretano expandido, etc. Todos esos materiales forman microceldas que atrapan el aire y lo detiene. Pero también podemos conseguirlo con cajas de huevos, cartón corrugado en varias capas. Se puede usar muchos materiales reciclándolos. Están disponibles para todos.
Existen hoy dos nuevas normas de aislación habitacional, las cuales consiguen temperar la construcción con apenas el 8 al 12% de lo que es nuestro consumo habitual en la ciudad. Sin embargo, son tecnologías y procesos constructivos nuevos que costará generalizar y hacer bajar de precio.
¿Cómo podemos contribuir a disminuir la contaminación del aire en Osorno?
Usando leña seca, aislando nuestras casas, ventilando más cerca del mediodía, cambiando nuestras estufas por aquellas de mayor eficiencia. Aún así, habrá días en que debido al tránsito vehicular más la calefacción los índices de material particulado se sobrepasarán. Debemos tratar que sean los menos días posibles y que el índice se sobrepase en menor medida.