Consejos para un buen uso de la mochila escolar

Nadia Loncón Toledo, Académica de Kinesiología, Universidad San Sebastián Sede De la Patagonia

Volver al colegio nunca ha sido fácil para la mayoría de nuestros hijos; se acaban las vacaciones para abrir paso a los deberes y responsabilidades del colegio; uno de ellos es el preparar la mochila para el día siguiente. ¿Han notado como pesa? En ocasiones hasta a nosotros nos parece pesada. Esta carga diaria no debería sobrepasar el 15% de su peso corporal. Por el contrario, si cargamos mucho peso desde temprana edad, esto puede contribuir y ser uno de los factores en los dolores y problemas de espalda, tanto actuales como en el futuro, ya que genera consecuencias irreversibles como una escoliosis infantil o cifosis. En algunos casos, puede impedir el correcto crecimiento de los huesos de los niños.

En efecto, diversos estudios han permitido establecer una serie de recomendaciones en relación al uso de las mochilas escolares. Ellos sugieren, por ejemplo, que hay que escoger una mochila acorde con el tamaño del niño, es decir, no debería ser más ancha que su espalda, además debe tener dos correas anchas y acolchadas, mejor si dispone de un tercer tirante o cinturón para atar a la zona lumbar, sino las dos correas deberán usarse ajustadas (sin exagerar), así procuramos que el peso se distribuya de forma vertical.

La distribución del peso debe ser adecuada; lo primero es acostumbrarse a llevar en la mochila solamente lo imprescindible, lo mismo al volver a la casa. El libro más pesado debe ir cercano y pegado a la espalda, los más livianos pueden ir por diversos compartimentos. Una vez arreglada la mochila se debe llevar siempre de los dos tirantes para que la carga vaya repartida equilibradamente y a unos 5 cm arriba de la cintura.

Para levantar la mochila, o cualquier peso en general, es recomendable agacharse doblando las rodillas o, mucho mejor, cargarla sobre una mesa y colocársela a la espalda desde ahí. Si llevan más de una mochila, es aconsejable llevar el otro bolso por delante.

En el caso de que la elección sea una mochila con ruedas, hay que evitar transportar cargas inútiles, ya que si la mochila tiene mucho peso, el niño se ve obligado a arquear hacia delante la columna vertebral o a flexionar hacia delante la cabeza y el tronco para compensar el peso. Para eso, hay que utilizar las dos manos para coger la mochila, procurando que la columna se mantenga recta y no curvada.

Otra recomendación es que sea empujada hacia delante y verificar que tenga un buen rodamiento. Con respecto al asa, esta debe ser regulable de acuerdo a la altura.

Si bien, todos estos consejos nos sirven en cuidar el crecimiento adecuado de la columna de los niños, también es fundamental considerar que la cantidad de horas que pasan sentados en las aulas son también contribuyentes a problemas de espalda como los que se mencionó en un inicio, ya que las cargas en la columna se multiplican en esta posición.

Finalmente, es necesario mencionar la importancia de que sus niños hagan actividad física, corregirlos en sus malas posturas, “que se sienten derechos”, que se desconecten del celular, y por supuesto, que jueguen más.


Fuente:
Jeran Galdames Barra
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