La supuesta campaña “pro” #Colun: ¿en qué momento se pudrió todo?
Nos agrada como medio que se citen nuestras notas… nos llena de orgullo. Pero puestas en el marco de un movimiento en redes que aparentemente busca relevar a Colun y que hoy, con justicia, se tilda de xenófoba, nos deja un sabor agrio, propio de la leche cortada.
El 22 de marzo de este año País Lobo publicó una nota que, junto a otras de este mismo que le siguieron, hoy son profusamente citadas en redes por la campaña cada vez más extrema en sus mensajes, agrupada bajo los hashtag #Colun o #Yoapoyoacolun, #yoprefierocolun, #surat #yonocomprosoprole #apoyemoslaproduccionnacional #chilolac #soprole #boicotasoprole #socialpatriotas, etcétera…
El primera nota en cuestión se titula “Se seca la ilusión de la leche y sólo Colun es la esperanza blanca” y planteaba algo muy sencillo y diferente al uso casi xenófobo y lleno de caricaturas que se le da hoy. El tema era el siguiente: la meta de llegar como país a producir 4 mil millones de litros al 2020, está lejos de cumplirse, dado que en los últimos 10 años estábamos pegados en los mismos 2 mil millones, y que por ello, las grandes torres de secado construidas por empresas como Soprole, Nestlé, Watt´s –ojo, la Cooperativa Lechera de La Unión también las tiene-, con la finalidad primaria de secar la leche con el objetivo principal de poder exportarla a futuro, hoy sólo sirven para secar la leche que se consumía en el mercado interno tras reconstituirla –echarle agua- en plantas de la zona central hasta donde se traslada el “polvo color blanco invierno” … Eso, básicamente, dejaba el marco teórico sentado para plantear la pregunta ¿qué pasó con la promesa del “Oro Blanco”? O ¿Cuándo se jodió la leche? O ¿se jodió para siempre la leche? O ¿Cómo recuperar el impulso lechero? (elija la que le guste).
Coincidente o no, a los pocos días de la primera nota se generaba un movimiento que terminaba con la salida del gerente del Consorcio Lechero, Sebastián Ganderats, organismo que había adelantado en 2010 que el sur de Chile se aprontaba a dar el gran salto al 2020, para exportar más de la mitad de su producción de 4 mil millones de litros –esa que nunca llegó- por supuesto que en polvo, porque en estado líquido, en términos sencillos, sale muy caro levarla al resto del mundo.
Esta tarde, el senador Guido Girardi tildó de nazista la campaña por Twitter, que citando muchas veces a este medio, señala cosas como “las trasnacionales –productoras de leche- infringen el reglamento sanitario”, “lo que venden no es leche”, “apoyan el multiculturalismo progresista”, entre otras “joyas”.
¿Cuándo se pudrió todo?. Esta mensajería que parece absolutamente fuera de control en redes, se originó en el usuario @Derecha_Abyecta #YoNoVotéPorPiñera, que se autodefine como de izquierda. Sus posteos fueron profusamente seguidos por el autodenominado “Movimiento Social Patriota” que a pesar de estar en la vereda de enfrente –quizás no se dieron cuenta porque también votan de mala gana por Piñera-, comparten esa “Trumpiano” defensa de lo nacional frente a lo extranjero. Así vamos llegando, a medida que avanza la campaña, a conspicuos usuarios de nuestro querido sur, los que se fueron poniendo cada vez más creativos en la generación de frases y de Memes que a estas alturas han llegado a decir que la leche de las “trasnacionales” no es leche… Esas malditas trasnacionales…
Estas conclusiones no tienen nada que ver con las notas de País Lobo que sustentan estos posteos que ayer se transformaron en tendencia en Twitter y que se distribuyen de manera cada más por todas las vías. Lo que planteó País Lobo, a partir de entrevistas a dirigentes gremiales, productores en general y también técnicos en la materia, tenía que ver con el hecho de que como el consumo per cápita de lácteos va al alza en Chile, pero la producción se mantiene estancada por la falta de incentivos a los agricultores –léase un mejor precio- y así, del promisorio futuro “exportador”, habíamos llegado a la cruda realidad de que durante 2017, de acuerdo a la información oficial de Odepa y el Banco Central, Soprole/Prolesur, propiedad de la neozelandesa Fonterra, había utilizado 177 millones de litros de leche extranjera -cifra calculada a partir de los ingresos de quesos y leche en polvo de otros países convertidos a litros- dentro de los productos que ofrece a los consumidores, lo que equivale al 27,5% del total de su oferta a consumidores traducidos a litros. Nestlé, en tanto, usó 116 millones que representan el 23,7% de la leche presente en sus productos; el resto de las marcas menores, otros 468 millones de litros que representan un 52% de leche extranjera dentro de sus productos.
Las honrosas excepciones fueron Watt´s, con 9 millones equivalentes al 3,1% y Colun, con sólo un millón que equivale al 0,17% de toda la “Magia del Sur”, con un agregado más a su favor: la Cooperativa Lechera de La Unión no seca la leche chilena que usa.
Vamos por parte… ¿es justo que lo sepan los consumidores? Creemos que sí. ¿Debe estar puesto en los envoltorios de los productos? Por supuesto… ¿Alguien ha dicho que la leche reconstituida o extranjera es venenosa o que las industrias extranjeras quieren acabar con los chilenos y esclavizarnos? País Lobo, por lo menos, no. Simplemente queríamos dejar sentada las bases de una discusión razonable para ver si podíamos volver a soñar con “el oro blanco” que puede desarrollar nuestro sur… Pero parece que los tiempos no están para razones sino para agarrarnos a combos.
Por: Editores PL
El 22 de marzo de este año País Lobo publicó una nota que, junto a otras de este mismo que le siguieron, hoy son profusamente citadas en redes por la campaña cada vez más extrema en sus mensajes, agrupada bajo los hashtag #Colun o #Yoapoyoacolun, #yoprefierocolun, #surat #yonocomprosoprole #apoyemoslaproduccionnacional #chilolac #soprole #boicotasoprole #socialpatriotas, etcétera…
El primera nota en cuestión se titula “Se seca la ilusión de la leche y sólo Colun es la esperanza blanca” y planteaba algo muy sencillo y diferente al uso casi xenófobo y lleno de caricaturas que se le da hoy. El tema era el siguiente: la meta de llegar como país a producir 4 mil millones de litros al 2020, está lejos de cumplirse, dado que en los últimos 10 años estábamos pegados en los mismos 2 mil millones, y que por ello, las grandes torres de secado construidas por empresas como Soprole, Nestlé, Watt´s –ojo, la Cooperativa Lechera de La Unión también las tiene-, con la finalidad primaria de secar la leche con el objetivo principal de poder exportarla a futuro, hoy sólo sirven para secar la leche que se consumía en el mercado interno tras reconstituirla –echarle agua- en plantas de la zona central hasta donde se traslada el “polvo color blanco invierno” … Eso, básicamente, dejaba el marco teórico sentado para plantear la pregunta ¿qué pasó con la promesa del “Oro Blanco”? O ¿Cuándo se jodió la leche? O ¿se jodió para siempre la leche? O ¿Cómo recuperar el impulso lechero? (elija la que le guste).
Coincidente o no, a los pocos días de la primera nota se generaba un movimiento que terminaba con la salida del gerente del Consorcio Lechero, Sebastián Ganderats, organismo que había adelantado en 2010 que el sur de Chile se aprontaba a dar el gran salto al 2020, para exportar más de la mitad de su producción de 4 mil millones de litros –esa que nunca llegó- por supuesto que en polvo, porque en estado líquido, en términos sencillos, sale muy caro levarla al resto del mundo.
Esta tarde, el senador Guido Girardi tildó de nazista la campaña por Twitter, que citando muchas veces a este medio, señala cosas como “las trasnacionales –productoras de leche- infringen el reglamento sanitario”, “lo que venden no es leche”, “apoyan el multiculturalismo progresista”, entre otras “joyas”.
¿Cuándo se pudrió todo?. Esta mensajería que parece absolutamente fuera de control en redes, se originó en el usuario @Derecha_Abyecta #YoNoVotéPorPiñera, que se autodefine como de izquierda. Sus posteos fueron profusamente seguidos por el autodenominado “Movimiento Social Patriota” que a pesar de estar en la vereda de enfrente –quizás no se dieron cuenta porque también votan de mala gana por Piñera-, comparten esa “Trumpiano” defensa de lo nacional frente a lo extranjero. Así vamos llegando, a medida que avanza la campaña, a conspicuos usuarios de nuestro querido sur, los que se fueron poniendo cada vez más creativos en la generación de frases y de Memes que a estas alturas han llegado a decir que la leche de las “trasnacionales” no es leche… Esas malditas trasnacionales…
Estas conclusiones no tienen nada que ver con las notas de País Lobo que sustentan estos posteos que ayer se transformaron en tendencia en Twitter y que se distribuyen de manera cada más por todas las vías. Lo que planteó País Lobo, a partir de entrevistas a dirigentes gremiales, productores en general y también técnicos en la materia, tenía que ver con el hecho de que como el consumo per cápita de lácteos va al alza en Chile, pero la producción se mantiene estancada por la falta de incentivos a los agricultores –léase un mejor precio- y así, del promisorio futuro “exportador”, habíamos llegado a la cruda realidad de que durante 2017, de acuerdo a la información oficial de Odepa y el Banco Central, Soprole/Prolesur, propiedad de la neozelandesa Fonterra, había utilizado 177 millones de litros de leche extranjera -cifra calculada a partir de los ingresos de quesos y leche en polvo de otros países convertidos a litros- dentro de los productos que ofrece a los consumidores, lo que equivale al 27,5% del total de su oferta a consumidores traducidos a litros. Nestlé, en tanto, usó 116 millones que representan el 23,7% de la leche presente en sus productos; el resto de las marcas menores, otros 468 millones de litros que representan un 52% de leche extranjera dentro de sus productos.
Las honrosas excepciones fueron Watt´s, con 9 millones equivalentes al 3,1% y Colun, con sólo un millón que equivale al 0,17% de toda la “Magia del Sur”, con un agregado más a su favor: la Cooperativa Lechera de La Unión no seca la leche chilena que usa.
Vamos por parte… ¿es justo que lo sepan los consumidores? Creemos que sí. ¿Debe estar puesto en los envoltorios de los productos? Por supuesto… ¿Alguien ha dicho que la leche reconstituida o extranjera es venenosa o que las industrias extranjeras quieren acabar con los chilenos y esclavizarnos? País Lobo, por lo menos, no. Simplemente queríamos dejar sentada las bases de una discusión razonable para ver si podíamos volver a soñar con “el oro blanco” que puede desarrollar nuestro sur… Pero parece que los tiempos no están para razones sino para agarrarnos a combos.
Por: Editores PL