La creciente tendencia de las empresas B

Por Fredy H. Wömpner G., Economista, Dir. Ejecutivo Instituto Promundos, Dir. Observatorio Económico Regional

No cabe duda hoy en día, que la visión clásica de la economía, que ha sustentado el desarrollo de las políticas económicas en el mundo entero, no ha rendido los frutos que se esperaban, o más bien señalare que han sido completamente insuficientes, demostrando su completa impotencia ante los graves problemas económicos y sociales de la humanidad.

Producto de ello, la sociedad y grupos bien organizados de ciudadanos y consumidores, exigen a empresarios y autoridades políticas cambios que vayan en la dirección de cuidar mejor el medio ambiente y la calidad de vida de todos los miembros del ecosistema. Este juicio es compartido por la inmensa mayoría de las personas y en un mercado altamente competitivo, las empresas saben que el no escuchar esta demanda ciudadana les puede generar una mala imagen o reputación, por eso hoy son cada vez, las empresas que han decidido tomar cartas en el asunto y preocuparse por su responsabilidad social frente a los territorios donde están posicionadas. Sin pasar por alto que en los últimos años, se han puesto en tela de juicio muchos problemas sociales y medioambientales, generando discusiones y debates sobre cómo abordarlos, generar soluciones y poder afrontarlos de manera correcta. Dada la evolución de la tecnología que nos rodea, existe cada vez más accesibilidad a la información, y además, a poder expresar opinión y ser tomado en consideración.

Es así como muchas empresas, antes que se conociera y se trajera el concepto de empresa B a Chile, ya operaban con una esencia y alma interesada en ser una compañía con políticas de trabajo justas, preocupadas por la comunidad, por los actores interesados, los trabajadores, poniendo en balanza no sólo entregarles ganancias financieras a los accionistas, sino también estar conscientes de los problemas del entorno. Un ejemplo al respecto que no podemos dejar de recordar fue la pugna entre Colun y las demás empresas lácteas, cuando se filtro una información que señalaba que varias marcas competidoras importaban leche en polvo para restituirla en su fabricas y ponerlas en venta al mercado, situación que rápidamente molesto a los consumidores que desconocían esta situación y generaron campañas en las redes sociales a favor de los productos de origen auténticamente chileno.

Otro hecho que demuestra el alto potencial de crecimiento que se espera para las empresas con sello social durante los próximos años, es la variedad y gama de empresas que están redirigiendo sus esfuerzos hacia la obtención de reconocimiento en esta área. Lo que realmente es importante es que existe una intención de firmas de mayor tamaño por ser parte de este grupo de empresas con responsabilidad social. Además, es importante destacar que, gracias al crecimiento que ha tenido este movimiento en Chile, se han logrado generar distintas asociaciones estratégicas con entes claves. De esta forma, se ha impulsado el movimiento, masificación y ayuda a la certificación de empresas B y a la comunidad que se ha formado de este tipo de compañías.

Como se mencionó anteriormente, las empresas que opten por obtener este certificado deben buscar el beneficio social y crear valor para el entorno, pero esto no implica cerrarse a un sólo modelo de negocios o área específica. Es más, el beneficio social por el cual este tipo de empresas trabajan es diverso y variado. Por una parte tenemos corporaciones que se preocupan por mejorar el medio ambiente, siendo un claro ejemplo la empresa Bolsas Reutilizables, quienes dentro de su motivación buscan cambiar el mundo con pequeños actos día a día. Para esto, diseñamos, fabricamos y distribuimos las mejores bolsas reutilizables, de todos los colores y tamaños. Nos preocupa que el proceso sea responsable social y medioambientalmente, por lo que testeamos cuidadosamente a todos nuestros proveedores.

Así también existen empresas que buscan tangibilizar y fomentar el espíritu emprendedor de manera seductora y adecuada, con el fin que toda persona interiorice esta nueva forma de aprovechar la vida, para que generen cambios sociales que impacten a la sociedad. Cabe destacar que no es necesario que exista una relación o identificación entre el producto que se ofrece con el beneficio social a fomentar. Características y principales aspectos de las empresas B "Ser la mejor empresa para el mundo, y no del mundo" corresponde al lema principal predicado por las empresas B, y la idealización de lo que se quieren convertir y demostrar a la comunidad. Este tipo de empresas tienen claros sus objetivos, misión y visión, aportando de manera constante a construir una nueva economía, en donde los temas sociales y medioambientales correspondan al eje principal y camino a seguir al momento de tomar decisiones empresariales. Caminar por esta senda significa luchar por construir un ecosistema favorable para las empresas y personas, en donde el éxito no se mida sólo por cuán grande o cuanto liquiden las empresas, sino por el bienestar y valor generado para la sociedad y el medio.

Por otra parte, un pilar fundamental de este tipo de compañías corresponde a generar conexiones trascendentales entres los actores, para que así se generen comunidades de práctica. Este concepto, acuñado por los antropólogos sociales Jean Lave y Etienne Wenger, hace referencia a comunidades formadas por personas que comparten una preocupación o pasión por algo que hacen, generando aprendizaje a medida que interactúan e intercambian ideas de manera cotidiana (Wenger, 2012). A partir de esto es que, las empresas B buscan construir y mantener una visión conjunta y nueva de la economía con un propósito distinto, integrando dentro de sus asociaciones y conexiones al mercado (oportunidades comerciales, tanto con sectores públicos y privados), academia (explotación de talento y desarrollo de los conocimientos), capital (impacto de los flujos de capital y de inversión), líderes de opinión (personas referentes como voceros) y políticas públicas (desarrollo y marcos regulatorios favorables), generando momentos de reflexión y dialogo, en donde la apropiación de valores y construcción de agendas colectivas prime por sobre las personales, aferrándose a las comunidades de práctica para así generar el cambio buscado.

Con una cultura bien definida, basada en la pasión y sueños compartidos, en donde se reconoce y valora la diversidad y el mérito grupal por sobre las individualidades, buscando una construcción conjunta, responsable y colaborativa, atenta a los cambios y adaptándose a éstos, es que las empresas B buscan cumplir con sus objetivos de generar economías saludables, en donde el bienestar de las personas, de la naturaleza y de la sociedad sean claves para el éxito, y además, tal y como lo destaca su misión, se logre "construir un ecosistema favorable para fortalecer empresas que utilizan la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales".

En cuanto a Chile, en la actualidad hay 119 compañías que han cumplido con los requerimientos para formar parte de esta creciente comunidad y 19 más que están pendientes en la tramitación. Además, Chile es el país de la región que más empresas certificadas tiene.

En un principio, cuando recién se trajo la certificación a Chile, existían tan sólo 17 compañías que obtuvieron el estatus B, hacia fines del año 2014, el número de empresas certificadas de manera oficial en Chile bordeaba las 120 (un crecimiento de más del 100% en tan sólo un año). Además, hoy en día existen más de 100 empresas chilenas que han solicitado la evaluación y se encuentran en proceso para obtenerla. Estos números son alentadores, ya que dan evidencia de que cada vez es más atractivo obtener este reconocimiento a las buenas prácticas, generando una visión positiva por parte de los consumidores y la comunidad en general. Asimismo, Chile se encuentra en una posición aventajada en comparación a los otros países de la región, ya que más de un tercio de las empresas que están siendo evaluadas actualmente en Sudamérica son chilenas.

Además, es importante destacar que, gracias al crecimiento que ha tenido este movimiento en Chile, se han logrado generar distintas asociaciones estratégicas con entes claves. De esta forma, se ha impulsado el movimiento, masificación y ayuda a la certificación de empresas B y a la comunidad que se ha formado de este tipo de compañías. Entre todas estas, destacan Caja Vecina del Banco Estado, AIEP, Hortifrut, Innova Chile CORFO, Acción RSE, Cámara de Comercio de Santiago, Ashoka, Banco Estado Microempresas, El Definido, Dictuc, Buin Zoo, Natura, entre otras. Y muchas más que están en proceso o camino hacia la certificación, además de aquellas que adhieren el movimiento basadas solamente en su sentido de la responsabilidad social. En hora buena por todas ellas, y nuestras felicitaciones a sus directivos que han sabido leer lo que la sociedad espera de ellos.

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