Lo que debemos saber de nuestra Audición
Por Marcelo Friant Muñoz, Director Carrera de Fonoaudiología de Universidad San Sebastián, Sede de La Patagonia.
El pasado 3 de marzo se conmemoró un nuevo Día Internacional de la Audición. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 5% de la población mundial presenta algún grado de pérdida auditiva. Estas pérdidas pueden ser de distinto grado y pueden aparecer en distintas etapas de la vida, impactando de diversa manera la calidad de vida de las personas que padecen de esta condición. Ante ello, es necesario concientizar a la población en cómo cuidar la audición y qué hacer para identificarla y eventualmente tratarla oportunamente.
Cuando las pérdidas auditivas existen desde el nacimiento o por lo menos a tempranas edades afectan el desarrollo normal del lenguaje; y mientras mayor sea el grado de pérdida auditiva, mayores dificultades se observan en el desarrollo de esta habilidad fundamental para el ser humano.
Dado que muchas veces esta condición pasa desapercibida, es muy importante evaluar la audición desde el nacimiento, con el objetivo de identificar tempranamente la pérdida auditiva e intervenir de manera oportuna, ya que la detección temprana de los problemas de audición mejoran considerablemente las posibilidades de adquirir de forma normal el lenguaje.
En la etapa pre-escolar, también es recomendable evaluar la audición, ya que tanto la audición como la visión serán los sentidos fundamentales para que el niño adquiera adecuadamente la lecto-escritura, la cual comienza a ser trabajada en los cursos de kinder y primero básico; exámenes auditivos de rutina como lo son la audiometría y la impedanciometría permiten identificar rápidamente en niños la presencia de bajas de audición y poder acceder a un tratamiento oportuno.
En los jóvenes y adultos, la audición cumple un rol fundamental para nuestro desempeño en los entornos laborales y sociales y, en esta etapa de la vida, es cuando inconcientemente nos exponemos a ruidos de alta intensidad, sobre todo en ambientes laborales, sin la protección auditiva adecuada. La perdida auditiva inducida por ruido es irrecuperable, y genera un daño progresivo en las estructuras más internas del oído; una pérdida auditiva que es completamente prevenible si evitamos exponernos a ruidos de alta intensidad por períodos prolongados de tiempo o usamos la protección auditiva adecuada en ambientes laborales ruidosos.
Finalmente, a partir de los 65 años nuestra audición comienza a disminuir, como parte normal de envejecimiento, por lo que es esencial revisar la audición en los adultos mayores. Nuevamente, con exámenes auditivos podemos identificar la pérdida auditiva y la necesidad de uso de audífonos, evitando de esta forma el aislamiento social e impactando positivamente la calidad de vida.
Enviado a PL por: Jeran Galdames Barra
El pasado 3 de marzo se conmemoró un nuevo Día Internacional de la Audición. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 5% de la población mundial presenta algún grado de pérdida auditiva. Estas pérdidas pueden ser de distinto grado y pueden aparecer en distintas etapas de la vida, impactando de diversa manera la calidad de vida de las personas que padecen de esta condición. Ante ello, es necesario concientizar a la población en cómo cuidar la audición y qué hacer para identificarla y eventualmente tratarla oportunamente.
Cuando las pérdidas auditivas existen desde el nacimiento o por lo menos a tempranas edades afectan el desarrollo normal del lenguaje; y mientras mayor sea el grado de pérdida auditiva, mayores dificultades se observan en el desarrollo de esta habilidad fundamental para el ser humano.
Dado que muchas veces esta condición pasa desapercibida, es muy importante evaluar la audición desde el nacimiento, con el objetivo de identificar tempranamente la pérdida auditiva e intervenir de manera oportuna, ya que la detección temprana de los problemas de audición mejoran considerablemente las posibilidades de adquirir de forma normal el lenguaje.
En la etapa pre-escolar, también es recomendable evaluar la audición, ya que tanto la audición como la visión serán los sentidos fundamentales para que el niño adquiera adecuadamente la lecto-escritura, la cual comienza a ser trabajada en los cursos de kinder y primero básico; exámenes auditivos de rutina como lo son la audiometría y la impedanciometría permiten identificar rápidamente en niños la presencia de bajas de audición y poder acceder a un tratamiento oportuno.
En los jóvenes y adultos, la audición cumple un rol fundamental para nuestro desempeño en los entornos laborales y sociales y, en esta etapa de la vida, es cuando inconcientemente nos exponemos a ruidos de alta intensidad, sobre todo en ambientes laborales, sin la protección auditiva adecuada. La perdida auditiva inducida por ruido es irrecuperable, y genera un daño progresivo en las estructuras más internas del oído; una pérdida auditiva que es completamente prevenible si evitamos exponernos a ruidos de alta intensidad por períodos prolongados de tiempo o usamos la protección auditiva adecuada en ambientes laborales ruidosos.
Finalmente, a partir de los 65 años nuestra audición comienza a disminuir, como parte normal de envejecimiento, por lo que es esencial revisar la audición en los adultos mayores. Nuevamente, con exámenes auditivos podemos identificar la pérdida auditiva y la necesidad de uso de audífonos, evitando de esta forma el aislamiento social e impactando positivamente la calidad de vida.
Enviado a PL por: Jeran Galdames Barra