El debate público en torno a las protestas por el medio ambiente

🔵 En el contexto actual, donde el cambio climático es un tema de máxima relevancia, no es sorprendente que estemos siendo testigos de un incremento en la actividad de grupos disruptivos. “Just Stop Oil”, “Insulate Britain”, “The Last Generation”, estos nombres provocadores y específicos están diseñados para iniciar debates. Pero surge una pregunta clave: ¿es su enfoque más perjudicial que beneficioso, dada la necesidad de ganar el apoyo de la opinión pública?

Uno de los incidentes recientes que resalta esta preocupación ocurrió en el Reino Unido, donde un manifestante de Just Stop Oil fue agredido en una concurrida calle del centro de Londres. Este incidente nos lleva a reflexionar sobre un asunto más profundo, la agresión no fue un acto aislado de violencia irracional, sino una respuesta a las acciones de los manifestantes. Antes de la agresión, el agresor y el manifestante se vieron involucrados en una colisión a baja velocidad con una furgoneta debido a las tácticas de marcha lenta de Just Stop Oil. La novia del agresor, que estaba en el automóvil, se desesperó y gritó a los manifestantes que se movieran porque ella tenía una cita prenatal a la que no podía faltar, una situación estresante para cualquier futura madre. Ante la falta de respuesta por parte de los manifestantes, el agresor recurrió a la violencia. Esto plantea preguntas importantes.

Una crítica frecuente a organizaciones como Last Generation y Just Stop Oil es que a menudo se centran más en la confrontación que en la educación. En lugar de forzar a la gente a unirse a su causa de inmediato, deberían esforzarse por atraerla. Ya sea en relación con la brecha salarial de género, la gestión responsable de los juegos en línea al describir los riesgos, o la seguridad en el uso del aceite de CBD, la educación es fundamental cuando se tratan temas potencialmente divisivos.

Aunque aún existen negacionistas y escépticos del cambio climático, la mayoría de las personas se encuentran en un punto intermedio, indecisas o indiferentes. Los grupos ecologistas deberían centrar sus esfuerzos en atraer a aquellos que se encuentran en el medio, en lugar de confrontar a los extremos. Por supuesto, influir en los responsables políticos y concientizar a las grandes empresas y ONG sobre la necesidad de cambiar el statu quo es fundamental. Sin embargo, cerrar puentes, interferir en la rutina de los trabajadores en tiempos económicos difíciles y poner en peligro la vida de personas inocentes es un alto riesgo. A menudo, se citan los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos y el sufragio femenino en Europa Occidental como ejemplos de cómo la protesta disruptiva ha funcionado en el pasado. Aunque nadie discutirá que la segregación racial y la negación de derechos a las mujeres sean aceptables en el siglo XXI, ¿es este enfoque igualmente efectivo para abordar el cambio climático?

El distanciamiento de las cuestiones relacionadas con el cambio climático es un desafío significativo, a pesar de que se ha demostrado que afecta a comunidades en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo. Las recientes inundaciones en Pakistán y las tormentas árticas en Norteamérica se atribuyen al cambio climático causado por el ser humano. Este artículo no pretende debatir la teoría del cambio climático, sino explorar cómo los activistas pueden comunicar mejor su mensaje.

Para los activistas, la urgencia de su causa a menudo los lleva a intensificar sus acciones en un mundo donde el cambio climático se acerca a un punto de no retorno. Sin embargo, la mayoría de la población no siente la misma urgencia. Las personas están conscientes de la necesidad de reciclar, están adoptando vehículos eléctricos y prefieren alimentos vegetales a la carne. Sin embargo, se enfrentan a desafíos en sus vidas, como la creciente inflación, la disminución de la confianza en las instituciones políticas y la caída en el nivel de vida. Esta situación crea estrés y presión en la vida cotidiana, y las personas priorizan su bienestar y el de sus familias sobre el impulso de un cambio social generalizado.

No se está promoviendo un enfoque egoísta y aislacionista de la vida, ni el proteccionismo. La Gran Depresión es un ejemplo claro de a dónde podría llevar este enfoque. Lo que se sugiere aquí es la importancia del equilibrio y la proporcionalidad. Abordar el cambio climático requiere un cambio social generalizado, pero este no puede ser impulsado sosteniblemente por grupos de presión marginales que causan molestias al público en general. La lucha contra el cambio climático requiere educación y sensibilización en lugar de agitación.

El cambio climático es una realidad que exige soluciones serias. Estas soluciones no se lograrán a través de la confrontación, sino a través de la educación y la colaboración.

Fuente: Agencia MI-yl

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