Investigación destaca 7 cambios de estilo de vida para prevenir el 40% de los casos de demencia
Un nuevo estudio revela que hasta el 40% de los casos de demencia podrían prevenirse con solo realizar siete cambios en el estilo de vida durante la mediana edad. La investigación, denominada "The Middle Aging Brain", fue llevada a cabo por expertos de la University College Cork, quienes enfatizan la importancia de este período de vida previamente subestudiado como clave para prevenir futuros problemas cognitivos.
Sebastian Allard, coautor del estudio, menciona que, aunque aún es objeto de especulación, la mediana edad es crucial para intervenir y evitar el deterioro cognitivo futuro. Naji Tabet, Director del Centro de Estudios de Demencia en la Brighton and Sussex Medical School, añade que existen factores de riesgo modificables en esta etapa de la vida que, de ser gestionados adecuadamente, pueden prevenir significativamente el desarrollo de la demencia.
Uno de los factores más críticos es prevenir la obesidad, que está directamente relacionada con mayores riesgos de colesterol alto, diabetes y presión arterial elevada. Estas condiciones contribuyen al daño arterial y aumentan la inflamación en el cerebro, que podría acelerar el envejecimiento cerebral.
La alimentación también juega un papel crucial, con dietas como la mediterránea y la MIND (un híbrido entre la mediterránea y la dieta DASH) mostrando beneficios potenciales para la salud cognitiva. Alimentos ricos en propiedades antiinflamatorias, como los arándanos, la cúrcuma y las verduras de hoja verde, son especialmente beneficiosos.
El ejercicio regular es otro componente vital, destacando que no es necesario realizar esfuerzos extremos para beneficiar la salud del cerebro. Además, el sueño adecuado, concretamente siete horas por noche, ha demostrado mejorar significativamente la cognición y la salud mental en adultos de mediana edad y mayores, según un estudio de la Universidad de Cambridge.
El consumo moderado de alcohol y la cesación del tabaquismo son esenciales, ya que el abuso de estas sustancias aumenta la carga sobre el cerebro y otros órganos. Mantener una buena higiene oral también es fundamental, ya que las bacterias que causan enfermedades de las encías pueden influir en el desarrollo de la demencia a través de procesos inflamatorios.
Además, mantener el cerebro activo a través de conversaciones, juegos de cerebro como sudokus o crucigramas, o aprendiendo nuevas habilidades, son prácticas que pueden mantener la agudeza mental en la mediana edad y más allá.
Este estudio subraya la importancia de adoptar un enfoque proactivo hacia la salud cognitiva en la mediana edad, sugiriendo que intervenciones tempranas y sostenidas pueden tener un impacto significativo en la prevención de la demencia.
Fuente información: https://www.telegraph.co.uk/health-fitness/conditions/dementia/dementia-midlife-tackle-seven-tactics-40s-sleep/
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Sebastian Allard, coautor del estudio, menciona que, aunque aún es objeto de especulación, la mediana edad es crucial para intervenir y evitar el deterioro cognitivo futuro. Naji Tabet, Director del Centro de Estudios de Demencia en la Brighton and Sussex Medical School, añade que existen factores de riesgo modificables en esta etapa de la vida que, de ser gestionados adecuadamente, pueden prevenir significativamente el desarrollo de la demencia.
Uno de los factores más críticos es prevenir la obesidad, que está directamente relacionada con mayores riesgos de colesterol alto, diabetes y presión arterial elevada. Estas condiciones contribuyen al daño arterial y aumentan la inflamación en el cerebro, que podría acelerar el envejecimiento cerebral.
La alimentación también juega un papel crucial, con dietas como la mediterránea y la MIND (un híbrido entre la mediterránea y la dieta DASH) mostrando beneficios potenciales para la salud cognitiva. Alimentos ricos en propiedades antiinflamatorias, como los arándanos, la cúrcuma y las verduras de hoja verde, son especialmente beneficiosos.
El ejercicio regular es otro componente vital, destacando que no es necesario realizar esfuerzos extremos para beneficiar la salud del cerebro. Además, el sueño adecuado, concretamente siete horas por noche, ha demostrado mejorar significativamente la cognición y la salud mental en adultos de mediana edad y mayores, según un estudio de la Universidad de Cambridge.
El consumo moderado de alcohol y la cesación del tabaquismo son esenciales, ya que el abuso de estas sustancias aumenta la carga sobre el cerebro y otros órganos. Mantener una buena higiene oral también es fundamental, ya que las bacterias que causan enfermedades de las encías pueden influir en el desarrollo de la demencia a través de procesos inflamatorios.
Este estudio subraya la importancia de adoptar un enfoque proactivo hacia la salud cognitiva en la mediana edad, sugiriendo que intervenciones tempranas y sostenidas pueden tener un impacto significativo en la prevención de la demencia.
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