La derecha chilena busca su liderazgo

La derecha chilena busca su liderazgo
Con la mirada puesta en las elecciones de 2025, la derecha chilena se encuentra en un proceso de definición de su liderazgo, exhibiendo una "sanidad" manifestada en la presencia de al menos tres precandidatos con importante apoyo, según lo debatido en el podcast “Política Podcast” de Paislobo Prensa. Este escenario, caracterizado por la competencia de ideas y la ausencia de una primaria anticipada, contrasta con la situación de la izquierda y plantea interrogantes sobre la estrategia para enfrentar los próximos desafíos electorales. (vídeo al pie de nota)

Durante el diálogo, que contó con la participación de Eduardo Winkler, concejal por Purranque y ex seremi de Agricultura, y Marcelo Tapia, ex coordinador regional del Partido Nacional Libertario de la Región de Los Lagos, se destacó la existencia de distintas visiones dentro del sector. Winkler, quien se mantiene como independiente en Chile Vamos, defendió la "sanidad" de la derecha, señalando que la diversidad de opciones —Chile Vamos, Partido Republicano y Partido Nacional Libertario— demuestra que el país "ya se dio cuenta de que esta izquierda octubrista, esta izquierda que llega a los extremos" ha cedido terreno. A su juicio, es beneficioso contar con varias alternativas "reconocidas, buenas y con reconocimiento en las encuestas".

Por su parte, Marcelo Tapia, del Partido Nacional Libertario, enfatizó la importancia de la competencia. "La competencia es buena. Por ende, nosotros somos libertarios. Acá se está convirtiendo en quien tiene el mejor proyecto político", afirmó. Tapia atribuyó el crecimiento de su partido a la percepción de que "la derecha tradicional se le ha cedido cada vez más milímetros a la izquierda". Citando una frase del presidente de Argentina, sostuvo que "al zurdo no tienes que cederle ni un milímetro".

La discusión también abordó la ausencia de una primaria unificada en la derecha, a diferencia de la izquierda, que logró consolidar una figura como Jeannette Jara. Si bien Winkler y Tapia concuerdan en que la competencia de ideas es positiva para el país y el desarrollo de los ciudadanos, difieren en la necesidad de una primaria. Winkler considera que la situación actual, con tres precandidatos, permite una mayor diversidad de planteamientos, con la expectativa de que en una eventual segunda vuelta se logre la unidad para evitar un "mal terrible" como un gobierno comunista. Tapia, en tanto, explicó que la falta de una primaria se debe a que "no se pudo llegar a ideas que defendiesen a los tres candidatos" , destacando que el Partido Nacional Libertario es el más ideológico en este momento.

Debate sobre la moderación y los riesgos políticos


Un punto central en el debate fue la moderación del mensaje en primera y segunda vuelta. Tapia indicó que en la primera vuelta "se le habla a tus huestes", mientras que en la segunda "se le habla al país y se modera el mensaje". No obstante, la conductora del programa, Rocío Gambra, planteó la complejidad de esta estrategia en un contexto de voto obligatorio, donde la derecha podría verse forzada a una "primaria obligatoria" en la primera vuelta. Esto podría replicar escenarios pasados, como el de Sebastián Piñera con José Antonio Kast, donde el apoyo en segunda vuelta no se traduce necesariamente en una integración al gobierno, generando inestabilidad.

Winkler reconoció el riesgo, pero insistió en la necesidad de unirse para evitar que el Partido Comunista llegue al gobierno, considerándolo "un riesgo tan grande para este país". “Quien gane de la derecha yo lo apoyo, eso no significa que después voy a transar en lo que yo creo que es como visión de país para lo que se debería hacer, y voy a estar apoyando todo lo que haga esa persona, pero por lo menos ya salvamos al país de tener un gobierno comunista nuevo", sentenció.

La conversación también se desvió hacia la figura de Johannes Kaiser y las acusaciones de "sectarismo" en su partido. Marcelo Tapia desmintió que el Partido Nacional Libertario no permitiera la participación de militantes, explicando que se realizaron reuniones con inscripción a través de Google Forms y que los equipos de trabajo se forman entrevistando a los interesados. Eduardo Winkler agregó que, en general, los partidos en Chile buscan sumar adherentes y que la poca participación es un desafío transversal.

Transparencia y el secreto bancario


Otro tema abordado fue el secreto bancario y la transparencia en la política. Eduardo Winkler señaló que el secreto bancario puede levantarse en casos justificados y que las autoridades ya están sujetas a fiscalización a través de sus declaraciones de patrimonio e intereses ante la Contraloría. Subrayó que "decir que un partido tiene el monopolio de algún abuso dentro de estas malas prácticas, yo creo que no corresponde". Marcelo Tapia, por su parte, expresó su preocupación por una eventual liberación general del secreto bancario, citando un caso personal donde a un familiar se le descontó dinero injustificadamente, lo que, a su juicio, evidencia los riesgos de una falta de protección de los datos bancarios de los ciudadanos.

Proyección al 2025 y el liderazgo en la derecha


Al cierre del programa, la pregunta sobre quién debería liderar la derecha rumbo al 2025 generó respuestas que reflejan la diversidad de la coalición. Marcelo Tapia fue enfático: "Kaiser, simple. Porque tiene la ideología súper clara". Eduardo Winkler en cambio, optó por una postura más pragmática, señalando que el líder será "el que gane la primera vuelta". Manifestó que no tiene "ningún problema" con ninguno de los tres precandidatos (Johannes Kaiser, José Antonio Kast o Evelyn Matthei) y que estaría "encantado" de aportar desde su posición de concejal si alguno se lo pidiera. Su principal preocupación, reiteró, es evitar que "una presidenta Jara comunista" llegue al gobierno.

El debate subraya que, si bien la derecha chilena se percibe a sí misma como en una posición de fortaleza y diversidad de ideas, los desafíos para consolidar un liderazgo unificado y articular una estrategia efectiva de cara a 2025 son significativos, especialmente en un contexto de voto obligatorio y la necesidad de moderar el mensaje para atraer al electorado más allá de sus bases.




Fuente información: Rocío Gambra
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