Cruce de acusaciones y doble estándar marcan la pauta electoral

Cruce de acusaciones y doble estándar marcan la pauta electoral
El reciente Salmon Summit en Frutillar, que congregó a destacados candidatos presidenciales, se vio empañado por incidentes y acusaciones de "doble estándar" en el trato a los aspirantes a La Moneda. Lo que prometía ser un espacio para la discusión de propuestas sectoriales, escaló a un debate sobre el fair play político y la polarización del ambiente electoral chileno. Los analistas señalan que lo ocurrido en Frutillar es un reflejo de la efervescencia política que vive el país, donde la lealtad partidista y la descalificación del adversario parecen primar sobre el intercambio constructivo de ideas.

El epicentro de la polémica fue la llegada del candidato José Antonio Kast al Teatro del Lago, donde fue recibido con gritos e insultos por un grupo de manifestantes. Este hecho, según Eduardo Winkler, analista político, evidenció un "doble estándar" en la cobertura y la reacción pública, al compararlo con la recepción, mayoritariamente respetuosa, que tuvo la candidata comunista, Jeannette Jara, quien se paseó sin interrupciones por las cercanías del recinto. Winkler y otros observadores señalaron que las personas que increparon a Kast eran las mismas que posteriormente apoyaron y conversaron con la candidata Jara, sugiriendo una acción coordinada. Esta situación generó un intenso debate sobre la supuesta parcialidad en la condena de la violencia política, dependiendo del sector afectado.

Rocío Gambra, comunicadora de Paislobo Prensa y testigo presencial de los hechos, describió el ambiente hostil hacia Kast, a quien se le gritó con "odio". Contrastó esta situación con la de Jara, quien, a pesar de las protestas de dos mujeres con una pancarta en contra de las zonas de sacrificio, no sufrió interrupciones ni descalificaciones directas por parte de los asistentes. La diferencia en el trato, según los comentarios recibidos por el podcast "Política Podcast", puso en relieve la percepción de que las agresiones hacia candidatos de derecha no reciben la misma difusión mediática que si ocurrieran a figuras de izquierda.

Más allá de los incidentes en la entrada, el debate también se centró en las declaraciones de los candidatos. Una frase de la candidata Jara, "no se preocupen que no les vamos a expropiar", generó suspicacias en Eduardo Winkler, quien la comparó con promesas incumplidas en otros contextos latinoamericanos, como Venezuela bajo el gobierno de Hugo Chávez, donde se negó la expropiación para luego aplicarla masivamente. Esta afirmación fue interpretada por algunos como una muestra de la "izquierda profunda" y su ambigüedad respecto a la propiedad privada, un tema sensible en el electorado chileno. En contraparte, Winkler sugirió que si un candidato de derecha hubiese planteado la no disolución del Congreso o la no gobernanza por decreto, habría generado un escándalo público.

La discusión también abordó la percepción de que los comunistas "no aceptan la democracia", citando episodios como el hallazgo de armas en una radio el año pasado , y recordando el rol del Partido Comunista en el estallido social de 2019, donde abogaban por una asamblea constituyente en lugar de una salida institucional, postura que generó rechazo incluso en figuras como el actual Presidente Gabriel Boric. Sin embargo, se reconoció que, por ahora, están "jugando con las reglas actuales".

Otro punto de análisis fue la participación de Evelyn Matthei, quien fue percibida como "muy matea" y enfocada en presentar propuestas específicas sobre el tema del salmón, a diferencia de los otros candidatos que ofrecieron mensajes más generales o de debate nacional. Gambra observó que el equipo de Matthei la mantuvo "muy cuidada", evitando su exposición a situaciones caóticas como las vividas por otros candidatos, lo que podría haber sido una estrategia para evitar incidentes.

Asimismo, se criticó la falta de conocimiento territorial de la candidata Jara, quien en una entrevista posterior al Salmon Summit, mencionó la necesidad de "canales de regadío" en la Región de Los Lagos. Esta afirmación fue desmentida por Winkler, ex seremi de Agricultura y actual concejal de Purranque, quien enfatizó que los canales de regadío no son una problemática ni una solución para esta zona, ubicada en el sur de Chile, lo que denota un desconocimiento de la realidad agrícola regional. Este hecho fue interpretado como una muestra de que algunos candidatos opinan sobre temas que no dominan, lo que puede generar desconfianza en el electorado.

Finalmente, se abordó la Ley Lafkenche, una normativa de interés para el sector salmonero. Se destacó el momento "bizarro" en el que la candidata Jara increpó a Kast sobre su votación en esta ley, a lo que este respondió que votó a favor. La candidata comunista, por su parte, se mostró abierta a la revisión de la ley, reconociendo que la extensión de territorio solicitada en algunas concesiones no se condice con el tamaño de las comunidades, un punto que también fue compartido por Evelyn Matthei. Este consenso, aunque minoritario en un debate marcado por las diferencias, ofreció un atisbo de acuerdo en temas de interés nacional. La situación en Frutillar, en suma, dejó en evidencia la creciente polarización política y la necesidad de un debate más centrado en las propuestas y menos en la descalificación personal.



Fuente información: Rocío Gambra
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